Trump amenaza con el caos financiero si se le abre un proceso de destitución

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

KEVIN LAMARQUE | reuters

El magnate no descarta un posible indulto a Manafort como premio por su silencio

24 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si me destituyen, los mercados se hundirían. Creo que todo el mundo sería más pobre», dijo Donald Trump en Fox News. Fue esta la última amenaza del presidente de EE.UU. tras conocerse que su exabogado Michael Cohen se había declarado culpable de violar la ley electoral y su exjefe de campaña Paul Manafort era condenado por fraude bancario (entre otros delitos).

Además, Cohen colocaba a Trump al borde del abismo al señalar al magnate como instigador del delito federal, siendo la primera vez en la historia que un acusado por las autoridades federales inculpaba a un presidente de un delito grave. «No sé cómo se puede considerar la posibilidad de un juicio político a alguien que ha hecho un gran trabajo», presumió de sí mismo el presidente. Desde el martes por la noche, los medios de comunicación estadounidenses se han llenado de análisis sobre las posibilidades reales que tendría de prosperar un impeachment contra Trump.

Bajo este panorama, el magnate se sentó ayer a hablar con su cadena amiga para dar su versión de los hechos -la enésima diferente- y tratar de controlar los efectos que los procesos de Cohen y Manafort pudiesen tener en su electorado y en las próximas elecciones legislativas. En dicha entrevista, el presidente abrió un nuevo frente político y judicial, al no descartar un indulto a Manafort, a quien suele referirse como «un buen hombre». Si esto se llegase a producir, podría suponer la tumba política del magnate.

Polémica decisión

A pesar de que los dos procesos que enfrenta su exjefe de campaña en Virginia y Washington son independientes del Rusiagate, Manafort es una figura principal en la trama rusa que investiga los vínculos entre la campaña de Trump y el Kremlin. Es más, él es uno de los 32 imputados. El que el presidente indultase a alguien tan oscuro como su exjefe de campaña podría ser interpretado como un intento de obstrucción a la justicia (el fiscal especial Robert Mueller ya investiga un cargo similar por el despido fulminante del exdirector del FBI James Comey en el 2016). Es decir, un supuesto perdón a Manafort sería motivo más que suficiente para someter el futuro político de Trump a votación del Senado. Estas especulaciones se han abordado en los pasillos del Capitolio, donde la mayoría de los republicanos descartan esta posibilidad porque aseguran que sería tan grave que, aunque gozasen de mayoría política, ni siquiera su propio partido podría salvar al presidente.

Sessions contraataca

Quien ayer daba también un golpe en la mesa era el fiscal general, Jeff Sessions. Cansado de las críticas que recibe por parte el magnate, Sessions aseguró sentirse muy orgulloso del trabajo realizado y manifestó que el departamento de Justicia «no será influenciado impropiamente por consideraciones políticas». El bofetón dialéctico se produjo horas después de que Trump volviese a reprochar a Sessions que se hubiese recusado del Rusiagate.

Sudádrica acusa al neoyorquino de difundir falsas informaciones y crear otro conflicto

Donald Trump volvió ayer a protagonizar una nueva crisis internacional. Y, una vez más, el incendio llegó a través de Twitter. «He pedido al secretario de Estado Mike Pompeo que estudie con detenimiento la incautación y expropiación de tierras y granjas en Sudáfrica y el asesinato a gran escala de agricultores», escribió el presidente. Su declaración enfadó sobremanera a las autoridades sudafricanas, quienes acusaron al magnate de difundir información falsa. Además, consideraron sus palabras como «lamentables», teniendo en cuenta que venían acompañadas de una información de la cadena conservadora Fox News, en la que se acusaba de «racista» al Ejecutivo de Sudáfrica por su reforma para expropiar propiedades a granjeros de raza blanca y así acelerar el acceso a la tierra de la mayoría negra.

La ministra de Relaciones Internacionales sudafricana, Lindiwe Sisulu, defendió la redistribución de tierras asegurando que era necesaria para abordar las «injusticias coloniales e históricas», que provienen de los tiempos del apartheid. Según su Ejecutivo, en Sudáfrica la minoría blanca, que representa el 8 %, de la población posee el 72 % de la tierra; los mestizos e indios, un 15 %, y la mayoría negra apenas un 4 %, pese a representar el 80 % de la población. La problemática sobre la tierra en Sudáfrica es un asunto que suele herir muchas sensibilidades y que ya en marzo despertó otro conflicto diplomático con Australia.

Réplica del KKK

Por si no hubiese ya suficiente polémica, el polémico exlíder del Ku Klux Klan (KKK) David Duke instó al presidente Trump a tomar cartas en el asunto. Tras retuitear el comentario del republicano, Duke recordó que «Rusia ya ha acordado recibir 15.000 granjeros sudafricanos blancos». «Le toca mover ficha señor presidente», pidió el exlíder de la organización racista quien además acompañó su texto con una fotografía en blanco y negro en la que se ve a una joven rubia con un cartel que reza «parad el genocidio blanco».

La inmunidad y el riesgo real de un proceso de «impeachment»

C. CONEJERO

El caso de que un presidente pueda ser llevado a juicio es un objeto de disputa legal. Dado que goza de inmunidad mientras sirve en el cargo y técnicamente no se le pueden atribuir delitos, el caso de una imputación requeriría un voto del Supremo para autorizarla.

En el escenario político, una posible moción de censura por conspirar con Rusia para ganar las elecciones necesitaría una mayoría demócrata en el Congreso para llevar a cabo el impeachment (destitución). Para ello, los demócratas deberían ganar en noviembre en la Cámara de Representantes y en el Senado.

Con los datos que se conocen, la base de una potencial acusación contra el presidente no cuenta aún con pruebas contundentes para sostener el caso. Con gran parte de la investigación bajo secreto, la posibilidad de una imputación es materia de especulación. En otro posible escenario, Cohen podría obtener inmunidad por parte del fiscal especial y del Congreso demócrata, lo que garantizaría un caso sólido en la moción de censura.

Los paralelismos con Richard Nixon no escapan a nadie, particularmente en Washington entre una generación que creció bajo el escándalo del Watergate. El caso de Trump es mucho más serio porque es la primera vez en la historia en que un acusado por las autoridades federales inculpa a un presidente de un delito grave durante su mandato.

Mientras, los numerosos enemigos de Trump desfilan por los debates de los medios golpeando los clavos argumentales del ataúd presidencial. Entre ellos, el abogado de Stormy Daniels, Michael Avenatti, reivindicado por las condenas de los exasociados del presidente y que se ve como aspirante demócrata a la Casa Blanca para el 2020. Para ello habrá que esperar todavía al acto final del drama de Trump.