Macron sobrevive a la censura, pero sufre la merma de su prestigio

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

CHRISTOPHE PETIT TESSON | EFE

La izquierda y la derecha no lograron un acuerdo, pero destrozaron la imagen pública del presidente por el caso Benalla

01 ago 2018 . Actualizado a las 07:36 h.

Pese a que ni siquiera se pusieron de acuerdo en la votación de las dos mociones de censura fracasadas contra el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, los partidos de izquierda y derecha convergieron en denunciar la «deriva autocrática del Estado de derecho» por el caso Benalla. Macron sobrevive, pero su prestigio sale muy tocado.

La República en Marcha, partido fundado por Macron, frenó las dos mociones, las primeras que afronta el Ejecutivo desde que se formó en junio del 2017, por la gestión del escándalo protagonizado por Alexandre Benalla, el exjefe de seguridad del presidente que golpeó a manifestantes haciéndose pasar por policía durante las protestas del Primero de Mayo.

En la Asamblea Nacional, la principal fuerza opositora, la centroderechista Los Republicanos, recabó 143 apoyos en la primera moción, mientras que en la segunda los tres grupos de la izquierda sumaron 74, muy lejos de los 289 apoyos necesarios para desbancar al Gobierno. Tanto Los Republicanos, propulsor de la primera moción, como los socialistas, impulsor de la segunda, no se votaron mutuamente.

En el debate previo, sí que coincidieron los grupos de izquierda y de derechas en reprobar a un Ejecutivo «monárquico, autocrático y autoritario» y pidieron a la mayoría parlamentaria no suscribir mediante el silencio la actuación del Elíseo en el escándalo de Benalla, el de mayor calado que ha enfrentado Macron.

«El presidente del grupo parlamentario de Los Republicanos, Christian Jacob, quien presentó la otra moción contra el Ejecutivo, insistió en hacer del caso una cuestión de Estado. «No es el asunto de un partido, tampoco un asunto de izquierda o de derecha. Es una cuestión de transparencia, de honor, de integridad, de ética», dijo.

Mientras que los socialistas ya habían anunciado que no respaldarían el intento de censura presentado por la derecha, sí lo hicieron los diputados de La Francia Insumisa, el partido de extrema izquierda liderado por Jean-Luc Mélénchon, que no dudaron en aplaudir la intervención de Jacob en varias ocasiones.

«El Parlamento está siempre por encima de la monarquía presidencial. Trabaja a plena luz, ante el pueblo que observa, mira y decide», ahondó Mélénchon.

El primer ministro, Edouard Philippe, acusó a la oposición de «instrumentalizar» el caso para ralentizar el debate sobre las transformaciones del Ejecutivo que, avisó, continuarán. «Los actos del Primero de Mayo no dicen nada sobre la presidencia de la República. Las tentativas de cuestionar al presidente solo responden a intereses políticos», proclamó.

Con la conclusión de este debate, antes de que los parlamentarios se vayan de vacaciones, el Gobierno espera zanjar el caso y dejar que el asunto caiga en el olvido.

Además, horas antes del debate, el partido de Macron, expulsó a un guardia de seguridad que fue filmado junto al guardaespaldas Alexandre Benalla cuando este estaba golpeando a manifestantes durante la celebración del Primero de Mayo en París.