Un lapsus amarga la visita a China del nuevo ministro de Exteriores del Reino Unido

RITA Á. TUDELA LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Dijo que su esposa china era japonesa durante una visita oficial a Pekín

31 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Fue un terrible error», lamentó el recién nombrado ministro de Asuntos Exteriores británico, Jeremy Hunt, tras decir que su esposa china era japonesa durante una visita oficial a Pekín, con la que pretendía impulsar los vínculos comerciales entre ambos países tras el brexit.

El hecho de que su mujer fuera china, lo cual parecía una ventaja con la que entrar con buen pie en su viaje, terminó convirtiéndose en un fallo de lo más incómodo, pues Hunt le dijo a sus homólogos chinos que su esposa era japonesa, provocando la risa de muchos de los presentes.

Hunt se dio cuenta rápidamente de la importancia de su lapsus, debido a la enemistad histórica entre China y Japón e intentó reparar el daño: «Lo siento, es un error terrible». El titular de Exteriores conoció a su mujer, Lucia Guo, nacida en la ciudad china de Xian, cuando trabajaba en la Universidad de Warwick en el 2008.

Nada sobre Hong Kong

Sobre la mesa de los encuentros de alto nivel en Pekín hubo hueco para la relación comercial entre ambos países, el futuro de Corea del Norte y su programa nuclear y el cambio climático. Pero, debido a su lapsus con Japón, pareció incluso más difícil que el sucesor de Boris Johnson al frente de la diplomacia británica fuese a poner sobre la mesa las preocupaciones británicas sobre las violaciones de los derechos humanos en Hong Kong.

En una conferencia de prensa con su homólogo chino Wang Yi, a Hunt se le preguntó por la situación actual en Hong Kong, que el Reino Unido le devolvió a China en 1997. Bajo el modelo de «un país, dos sistemas», Pekín prometió que Hong Kong mantendría una amplia autonomía y las libertades civiles, pero crecen los temores de que los líderes de China retrocedan al oprimir a la oposición política. «Tuvimos discusiones extensas y una conversación muy abierta y franca sobre las preocupaciones planteadas por varias personas acerca de Hong Kong», explicó Hunt, sin entrar a dar más detalles de la reunión. Wang quiso intervenir para repetir una vez más que «son asuntos internos de China» y que Pekín no acepta que otros países interfieran en ellos.