Primer muerto en la cueva tailandesa

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Reuters

Un buzo que participaba en el rescate de los atrapados en Tham Luang perece por falta de aire

07 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La cueva de Tham Luang ya se cobró la primera víctima del extraño caso del equipo de fútbol atrapado en sus entrañas, a cuatro kilómetros de la entrada y amenazado por la crecida de las aguas procedentes de las lluvias del monzón. Se trata de uno de los buzos de la Marina tailandesa que trabajaba en los preparativos para el rescate de los menores y su entrenador. Falleció al quedarse sin oxígeno en mitad de la galería y apagó un poco más las esperanzas de una pronta extracción de los atrapados.

El muerto era Saman Gunam, de 38 años, un antiguo miembro de los cuerpos de operaciones especiales que regresaba de entregar bombonas de oxígeno a las trece personas que permanecen atrapadas en el interior de la gruta. El rescatador tailandés perdió el conocimiento. Las causas del accidente se desconocen por el momento: podría ser que la bombona no funcionase correctamente o que se le agotara el oxígeno.

Saman era uno de los 140 buceadores que se han movilizado para explorar el interior de la cavidad subterránea desde que se localizó a los desaparecidos. Para este fin de semana se prevé el desembarco de nuevos equipos de especialistas procedentes de todo el mundo: militares de Francia, especialistas contratados por el millonario Elon Musk, experimentados submarinistas de Inglaterra, Estados Unidos o Australia... Todos se encontrarán con una montaña submarina que complica la operación rescate. «Es mucho más difícil que subir al Everest», aseguraba uno de los participantes en la operación de rescate en la frontera entre Tailandia, Laos y Birmania.

El contenido de oxígeno en la cámara en la que el grupo se encuentra es de un 15 % actualmente, por debajo del 20 % habitual. Esa es la razón por la que los rescatadores quieren hacer llegar oxígeno al lugar donde los muchachos se resguardaron de una rápida crecida del agua en la cueva. Para ello intentan introducir un tubo de unos 4,7 kilómetros de largo hasta el lugar donde se encuentran los jóvenes, explicó el general Chaiyakam.

Muy débiles

El grupo lleva casi dos semanas encerrado en la cueva y los jóvenes todavía están demasiado débiles, lo que dificulta el inicio de la operación de rescate.

El camino hasta la salida pasa por zonas oscuras, otras anegadas y puede durar hasta unas cinco horas. Los buceadores de los equipos de rescate necesitan unas seis horas para llegar hasta ellos. Los jóvenes ya han recibido las primeras lecciones de buceo para emprender la salida. «Salir buceando de la cueva sigue siendo una opción», dijo el danés Ivan Karadzic.

Sin embargo, las condiciones en la cueva, que es muy extensa, está en parte anegada y tiene muchas ramificaciones, siguen siendo confusas. La situación se agrava porque el país se encuentra en plena temporada de lluvias y los meteorólogos han pronosticado nuevas precipitaciones. Un problema adicional es también la temperatura del agua. Con 20 grados es lo suficientemente fría como para sufrir hipotermia «incluso con trajes de neopreno».

Invitación al Mundial

Los expertos no dejan de inspeccionar la parte exterior del lugar para seguir investigando otras posibilidades como la perforar una chimenea desde el exterior para sacar al grupo. Pero se desconoce cuál sería el lugar exacto para hacer esa perforación. Además, técnicamente supone un desafío enorme, pues habría que taladrar varios cientos de metros.

En caso de que logren salir de su encierro antes del 15 de julio, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), organismo rector del fútbol mundial, invitó a los adolescentes y su entrenador a Moscú para asistir a la final del Mundial de Fútbol que se celebrará ese día en Moscú.