Los Jabalíes Salvajes se preparan para meses aislados en Tailandia

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

LILLIAN SUWANRUMPHA | Afp

Un equipo de fútbol con doce menores fue localizado en una gruta inundada tras diez días perdidos

04 jul 2018 . Actualizado a las 08:00 h.

La tormenta les pilló al acabar de entrenar el pasado 23 de junio. Los Jabalíes Salvajes, que así se llama el equipo de los doce menores de entre 11 y 16 años y su entrenador, de 25, corrieron a refugiarse en una de las grutas gigantes de Tham Luang, una zona en la frontera entre Tailandia y Laos de gran atractivo turístico y enorme prestigio entre los aficionados a la espeleología por la cantidad de recovecos que albergan, sus estalactitas y estalagmitas y el espectacular laberinto natural que conforman.

A la entrada de la gruta quedaron sus bicicletas y las mochilas que portaban. Dentro, la crecida del agua les obligó a internarse mucho más allá de los setecientos metros permitidos por las autoridades por seguridad.

Las voces de alarma se multiplicaron y el Gobierno tailandés movilizó a un equipo de búsqueda internacional para intentar localizar a los niños. El pasado domingo, nueve días después de su desaparición, dos buceadores británicos, el bombero de Coventry Rick Stanton y el ingeniero informático de Bristol John Volanthen, consiguieron encontrar a la expedición a cuatro kilómetros del punto de entrada en la cueva -de un total de 10 kilómetros de longitud, la cuarta más larga del país-. Lo hicieron tras bucear durante casi tres horas y consiguieron filmar al grupo de supervivientes intercambiando unas pocas palabras en un rudimentario inglés.

«Tenemos hambre», les dijeron los niños, con una tranquilidad asombrosa, a los dos buceadores. Les preguntaron cuántos días llevaban allí y si saldrían de manera rápida. La respuesta fue negativa. «Tendréis que esperar, el camino es peligroso», les explicaron los rescatadores antes de anunciarles el dispositivo preparado para ayudarles a salir al exterior lo antes posible.

Sin plazos

Su primera imagen tras ser localizados mostraba sus rostros demacrados, las camisetas sucias cubriendo las piernas para combatir el frío y una sorprendente tranquilidad. «Ser un equipo les ha ayudado a sobrellevar la situación», aventuraron algunos de los miembros del equipo de rescate.

Las autoridades locales no quisieron pronunciarse sobre los plazos en los que el rescate podría completarse. «La operación puede durar meses», dijo el gobernador de la región sin atreverse a concretar un plazo. «Lo único seguro es que los vamos a rescatar», insistió.

De momento, a los Jabalíes Salvajes les entregaron víveres para cuatro meses. También ropa limpia con la que sacudirse el frío y la humedad de la gruta. Y un equipo médico certificó que, a pesar de los nueve días sin ingerir alimento alguno, el estado de salud de los 13 miembros del equipo de fútbol era bueno.

A la moral del grupo contribuyó también la instalación de una línea telefónica que permitió a los aislados contactar con sus familias. Los familiares de los desaparecidos estallaron en júbilo al conocer las buenas noticias, durante unas operaciones seguidas al minuto y con gran expectación por todo el país. «Soy tan, tan feliz», dijo a DPA Sunida Wongsukchan, la tía de uno de los niños. «Hemos llegado a un hito histórico. Hemos conseguido algo que pensábamos que era una misión imposible», añadió el gobernador de Chiang Rai.

Los siguientes pasos

Una vez asegurada la posición de los Jabalíes Salvajes en el saliente en el que se refugiaron de la crecida de agua, el plan de rescate está en el aire. Las cuevas están muy inundadas y el achique de agua de algunas de ellas destrozará las cosechas de cientos de campesinos, que tras las protestas iniciales aceptaron ser indemnizados por el Gobierno para facilitar la extracción de los aislados en Pattaya Beach.

Helicópteros peinan la zona en busca de posibles galerías exteriores que conecten con la gruta, con el fin de evitar que los trece miembros del equipo tengan que bucear para salir al exterior. «Sería muy peligroso para ellos, la mayoría no sabe ni siquiera nadar y hay zonas completamente sumergidas que se hacen complicadas incluso para los expertos», informaron fuentes del dispositivo de búsqueda.

Otro equipo de expertos japoneses trabaja en la entrada de la gruta para intentar drenar el agua acumulada. Si las condiciones climatológicas lo permiten y las lluvias ceden en intensidad, el caudal podría bajar y reducir la complejidad de la evacuación casi al mismo tiempo que los atrapados recuperar las fuerzas y la forma física tras nueve días sin ingerir alimento alguno. El problema es que las previsiones anuncian fuertes lluvias para los próximos días, según indicó el Gobierno tailandés a la hora de establecer el dispositivo.

«Estamos bien, estamos bien», repiten mientras tanto los doce menores y su entrenador desde el corazón de Tham Luang a la espera de ser rescatados.