Francia moviliza a 3.000 policías para tapar el bochorno de una fuga de película

f. E. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

GEOFFROY VAN DER HASSELT / Afp

La huida en helicóptero de una prisión de alta seguridad ridiculiza al Gobierno

03 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Una fuga de película». «Un escándalo inaceptable». «Bochorno». Esos son algunos de los titulares de la prensa francesa y de los reproches que la oposición lanzó en las últimas horas contra el Gobierno de Emmanuel Macron -de periplo por África- tras la fuga de Redöine Faid, uno de los presos más peligrosos del país a bordo de un helicóptero el pasado domingo a las 11.30 horas.

El episodio parece digno de una película taquillera. A media mañana, pocos minutos antes del mediodía, un helicóptero tripulado por tres personas armadas con rifles de asalto Kalashnikov y cócteles molotov aterrizó en el patio del penal de Reau, en el departamento de Seine et Marne, al sureste de país. Sin disparar un solo tiro, los asaltantes ayudaron a Redöine Faid a subir a la aeronave y salir del recinto penitenciario en el que cumplía 25 años de condena por un atraco fallido -junto a su hermano Faisal- que le costó la vida a un policía en Villiers sur Marne en el 2010.

Los cómplices de Faid secuestraron el helicóptero, matriculado en Bélgica, tras someter a vigilancia con drones el presidio en el que se encontraba el conocido atracador. Tras la huida, aterrizaron a unos cincuenta kilómetros al norte y quemaron parcialmente la aeronave. Según las primeras investigaciones, utilizaron una furgoneta blanca primero y un Renault Megane después, que también aparecieron calcinados para evitar dejar pruebas.

El delincuente, de 46 años y nacido en Francia, aunque con las raíces familiares en Argelia, se había hecho especialmente conocido aquel año por la publicación de un libro, Braqueur [Asaltante], en el que explicaba su reconversión en ciudadano ejemplar tras cumplir diez años de los 18 a los que había sido condenado tras otro atraco.

La del domingo no fue la primera fuga mediática de Faid. En el 2013 utilizó un sistema más rudimentario: con la ayuda de varios cómplices instaló cinco cargas de dinamita en las puertas de entrada a la cárcel en la que entonces cumplía condena, en Lille para salir de la misma y emprender su huida desesperada tras tomar como rehenes a cuatro guardias.

Respuesta oficial

Tras intentar eludir la polémica, Francia movilizó ayer un gran despliegue policial, con más de tres mil agentes, para buscar a uno de los criminales más conocidos del país. Una fuga de este tipo es inaceptable, dijo el primer ministro, Edouard Philippe. La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, ordenó una inspección para aclarar posibles errores en la seguridad de la prisión.

«Es probable que hayamos cometido errores», admitieron fuentes gubernamentales francesas que intentan corregir con celeridad el deterioro de prestigio que el ladrón huido les ha ocasionado. El problema es que, de momento, no hay rastro alguno del paradero de Redöine Faid.

La última vez, el delincuente consiguió esconderse seis semanas entre París y la frontera belga. La búsqueda del enemigo número 1 de Francia ya está en marcha.