Aunque la prioridad de Merkel es cerrar un acuerdo de este tipo con Roma para frenar la llamada migración secundaria, el espaldarazo de Atenas podría resultar decisivo. En su declaración ante el Bundestag previa a la cumbre de Bruselas, la canciller volvió a abogar por una solución conjunta en la UE y a rechazar la aplicación de medidas unilaterales. Su ministro del Interior y jefe de la CSU, Horst Seehofer, amenaza con comenzar a expulsar a refugiados a partir de este mismo lunes, si Merkel no logra un consenso con sus vecinos europeos durante la cita. «La migración podría convertirse en una cuestión vital para el destino de la Unión Europea», sostuvo la conservadora. Si bien defendió su decisión de abrir la frontera en septiembre de 2015, aseguró que no puede volver a repetirse.