El eje de Visegrado sabotea la cumbre para desatascar la crisis migratoria

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

BERNADETT SZABO | reuters

Hungría denuncia que la Comisión Europea no tiene competencias para convocarla

22 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia están dispuestos a echar un pulso a la UE. Los países de Visegrado anunciaron ayer que no asistirán a la cumbre de urgencia sobre migración convocada para este domingo en Bruselas. Nadie les había invitado, pero tampoco solicitaron, como sí hicieron Bélgica y Holanda, participar en la cita a la que acudirán también los líderes de Alemania, Francia, España, Italia, Malta, Grecia, Austria y Bulgaria para tratar de desatascar el bloqueo que mantienen los gobiernos populistas sobre la reforma del asilo.

El tiempo se le acaba a la canciller alemana, Angela Merkel. Sus socios bávaros de gobierno le lanzaron un ultimátum para articular una nueva política migratoria antes de finalizar el mes. Sin ella, el gobierno podría caer. Pero ni este asunto ni la reubicación o desembarco de migrantes va con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Al líder magiar no le importa ver la caída de Merkel si con ello logra mantener blindadas las puertas de su país a la entrada de refugiados. Ayer puso en cuestión la legitimidad del encuentro organizado por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y criticó que las «prisas» y el pánico de Berlín marquen la agenda de la UE.

«Los países miembros de Visegrado consideran que el diálogo sobre la migración es un tema que concierne al Consejo Europeo y no a la Comisión», sostuvo antes de anticipar que dará a conocer su posición en la «verdadera» cumbre a 28 del próximo jueves y viernes. Orbán es consciente de que está ganando el pulso migratorio al eje francoalemán, que demanda desde el 2015 una mayor solidaridad entre Estados miembro a la hora de acoger a los refugiados que arriban a las costas de Italia y Grecia.

El húngaro, que fue el primero en rebelarse contra este sistema de cuotas que Berlín quiere incluir en la reforma del asilo europeo, cerró ayer las puertas a esa posibilidad y sugirió a Merkel y otros líderes que acojan en sus países a los migrantes «si así lo desean», al tiempo que les exigió respetar la decisión de los húngaros de no querer «integrar» a los refugiados ni «mezclarse» con ellos. 

El papel de Austria

A su lado cuenta con un aliado fuerte que sí acudirá a Bruselas: el canciller austríaco, Sebastian Kurz, presente en la reunión de ayer de Visegrado. El joven conservador, quien gobierna con el apoyo del partido filonazi FPÖ, ha recrudecido su discurso contra la inmigración y se ha alineado con los postulados de Orbán, quien celebró la «nueva dinámica» que está surgiendo en la UE en torno a la política migratoria. Kurz, quien ha tejido una alianza con los derechistas italianos, los ultraconservadores daneses, los bávaros de la CSU y el eje de Visegrado, arremetió con dureza contra los defensores de la política de puertas abiertas, como Merkel. «Son responsables del hecho de que tengamos controles fronterizos entre Austria y Baviera, entre Austria y Hungría, entre Austria e Italia y de que la situación pueda empeorar aun más».

La situación es extremadamente tensa. Ante el peligro de dinamitar el acuerdo de libre circulación de Schengen, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, acudirá hoy a Viena y Budapest para arbitrar en un duelo que puede acabar «con el proyecto europeo», según confesó el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos.

Italia exige un debate sin borrador previo

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, exigió ayer un debate abierto y sin borradores preconcebidos en la cumbre del domingo, según se desprende de un mensaje en su perfil de Facebook, en el que cuenta que recibió una llamada de Angela Merkel, en la que esta le manifestaba su preocupación ante la posibilidad de que él no asistiera al encuentro. «Yo le dije que para mí sería inaceptable participar si ya hay un texto preparado», aseguró en alusión al borrador que puso en circulación el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

Según DPA, que tuvo acceso al texto, los líderes podrían apoyar el sistema que obliga a devolver a los solicitantes de asilo al país de la UE por el que entraron y fueron registrados por primera vez si se los descubre pidiendo protección en otro Estado miembro, lo que beneficiaría a Alemania.«No existe un derecho a elegir libremente el país en el que pedir asilo», se afirma.

Italia aspira a superar esa normativa que le perjudica directamente al ser uno de los principales países de entrada,