Boulos, un okupa que quiere ser presidente de Brasil

Miguel Piñeiro Rodríguez
MIGUEL PIÑEIRO BRASILIA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MIGUEL SCHINCARIOL | AFP

Es pieza clave del puzle que tras las elecciones de octubre debe recomponer el nuevo responsable del Gobierno

07 jun 2018 . Actualizado a las 16:44 h.

Al poco de entrar en la Universidad de São Paulo para estudiar Filosofía, Guilherme Boulos inició su militancia en el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) ocupando un edificio en el centro de la capital financiera de Brasil. Más de 15 años después, otra ocupación lanzó a este hijo de un matrimonio de médicos paulistas al primer plano político: Boulos, ya al mando del MTST, pasó unas horas encerrado en el famoso apartamento de la costa de São Paulo que la justicia atribuye a Lula da Silva a cambio de jugosos sobornos. «Si de verdad el piso pertenece a Lula, pertenece al pueblo», dijo entonces Boulos. Ahora, es aspirante a la presidencia de Brasil, y pieza clave del puzle que tras las elecciones de octubre debe recomponer el nuevo responsable del Gobierno.

Otro acontecimiento llamativo marca el salto de Guilherme Boulos (35 años). Cuando Lula se atrincheró en la sede del Sindicato de Metalúrgicos antes de entregarse a la policía, el expresidente arengó a sus fieles: «Guilherme es un compañero de toda confianza. Tenéis que tomarle en serio. Tú tienes futuro, hijo, es solo cuestión de no desistir». Boulos, que pasó horas y horas junto a Lula antes de su encarcelamiento, quedó ungido como candidato de la nueva izquierda, desde las filas del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), una formación escindida del Partido de los Trabajadores (PT) y crítica con sus prácticas más asociadas a la vieja política.

Por ahora residual

Las encuestas ven a Boulos con un resultado residual, pero su figura es instrumental para articular el escenario de la izquierda brasileña ante la más que probable ausencia de Lula en los comicios de octubre. Su estrategia parece diferir de la otra gran esperanza de la izquierda más radical, Manuela D’Avila. Mientras la líder y candidata del Partido Comunista opta por unir su nombre al más moderado y exministro de Lula Ciro Gomes, Boulos es reticente: «El pensamiento único no interesa a nadie», dijo .