El fiasco de Zapatero dispara las críticas contra el expresidente

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Helena Carpio | efe

Ciudadanos y el PP rechazan el papel del socialista en Caracas, donde fue abucheado por la oposición por blanquear el régimen

22 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las imágenes más esperpénticas de la jornada electoral del domingo en Venezuela mostraba al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero huyendo a la carrera hacia un todoterreno con las lunas tintadas rodeado de escoltas para esquivar los abucheos e insultos de una decena de venezolanos. «Traidor, vendido», le gritaban entre insultos varios a uno de los escasísimos políticos europeos que se han prestado a la voluntad de Nicolás Maduro de dar apariencia de normalidad a unos comicios a todas luces fraudulentos.

Los venezolanos reprochaban a Zapatero su fracaso como mediador entre el Gobierno y la oposición, pero, sobre todo, sus palabras asegurando que en el país «se votará con toda normalidad y todas las garantías», cuando era público el veto a los candidatos opositores más conocidos, la ilegalización de buena parte de los partidos contrarios a Maduro, la manipulación de los plazos, los intentos de compra de votos mediante sobornos y un sinfín de irregularidades más.

Aznar y Felipe

El más duro varapalo para la labor de Zapatero en Venezuela llegó de la mano de los expresidentes españoles José María Aznar y Felipe González y otros 21 exmandatarios de países iberoamericanos, que denunciaron que las elecciones fueron «una farsa electoral», por lo que reclamaron a la comunidad internacional que no reconozca los resultados de los comicios y retiren a sus embajadores en el país sudamericanos, además de denunciar la situación ante el Tribunal Penal Internacional.

En opinión de los 23 exmandatarios iberoamericanos, los comicios se celebraron «bajo un sistema electoral integralmente corrompido y fraudulento, que es administrado por un poder electoral cabalmente controlado por la misma dictadura, con el único fin de encubrir la prórroga de Maduro y su ejercicio de facto de la Presidencia de la República».

Los 23 expresidentes aseguran que resulta «aún más grave el contexto de las elecciones, precedidas de actos de tortura e inusitada violencia por las autoridades del gobierno y militares ante la omisión cómplice del Ministerio Público en las instalaciones irregulares donde se deposita a los presos políticos y por la inmoral compra de petróleo en el extranjero para subsidiar a Cuba, en medio del colapso total de la economía y del orden social en Venezuela».

En España, el PP reiteró sus críticas a la equidistancia de Zapatero, mientras que la portavoz de la ejecutiva de Ciudadanos, Inés Arrimadas, aprovechó el papel de Zapatero para acusar al PSOE de «legitimar la farsa» de las elecciones, que, a su juicio, «no han sido libres, ni democráticas, ni han contado con las garantías» exigibles. Según Inés Arrimadas, la formación naranja continúa apoyando «a todos los que están luchando por la libertad y la democracia, a los que se están enfrentando de manera valiente al régimen de Maduro».

Ni siquiera entre sus antiguos colaboradores encontró Zapatero respaldo alguno. El portavoz del PSOE en el Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui, opinó que las elecciones celebradas este domingo en Venezuela «no dan ninguna esperanza» al pueblo venezolano y denunció las «irregularidades» en los comicios. «El presidente Maduro ha sido elegido con una baja participación (menor del 50 %) con denuncia de irregularidades y con la ausencia de los principales líderes y partidos políticos de la oposición», dijo Jáuregui

Solo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se desmarcó del aluvión de críticas y reconoció el papel de Zapatero y su empeño en busca de una solución dialogada, pero matizó que al partido que dirige le habría gustado que las elecciones se hubieran celebrado con todas las garantías democráticas.

En sus trece

Lejos de atender las críticas recibidas en todo el mundo, Zapatero insistió, al cierre del escrutinio, en el diálogo entre el Gobierno y la oposición y pidió a los candidatos opositores canalizar sus denuncias por los cauces «contemplados ante el Consejo Electoral». «Tienen todo el derecho a establecer una impugnación de los hechos que han puesto encima de la mesa, forma parte del ejercicio democrático y esa impugnación tendrá en su caso que sustanciarse a través de los cauces que estén contemplados» en el Consejo Nacional Electoral (CNE), sostuvo Rodríguez Zapatero en una entrevista a Efe

«Cada vez se hace más difícil pensar en volver»

María Eugenia Rosello, desde Ourense, pone en duda la participación de la que presume Maduro
María Eugenia Rosello, desde Ourense, pone en duda la participación de la que presume Maduro Santi M. Amil

La victoria de Maduro no pilló por sorpresa a los cientos de exiliados venezolanos que han llegado a Galicia en los últimos meses huyendo de la miseria y la delincuencia en el país sudamericano. Pero el resultado, además, ahonda en el dolor de estas personas, que sufren por el incierto futuro que espera a algunos de sus familiares y amigos que aún resisten al otro lado del Atlántico. «Estas elecciones van en contra de la Constitución de Venezuela: según el artículo 231 tenían que ser en diciembre y por eso no puede tomar el cargo hasta enero del 2019. ¿Qué sentido tiene entonces hacer en mayo las elecciones?». Esto apuntaban algunos de los venezolanos de A Coruña que se manifestaron el pasado domingo, como Mónica Velo, que se define como «venezolana y ahora española».

Otra portavoz del colectivo, Nora, indicó que dichas elecciones «son un fraude» y que los exiliados en Galicia se movilizaron contra el desafío de Maduro, «al igual que nuestros compatriotas hicieron en otras 200 ciudades de todo el mundo para gritar el mundo que esto es un fraude». Además, «desde hace dos años y medio no estamos recibiendo la pensión», decía una profesora que salió del país y con este impago para un buen número de personas «la situación es bien grave».

Malestar en Pontevedra

José Antonio Rodríguez Monteagudo, que reside en Ourense, admite que lo ocurrido el domingo «es lo que me esperaba, nadie se imaginaba otra cosa. Eso está todo comprado y los de la oposición no son más que los mismos que los del Gobierno, pero con otro disfraz. Los ponen ahí para decir que hay oposición pero son los mismos». Dice que, con este panorama, «la esperanza de volver sigue siendo mínima. Ahora tocan otros seis años de Maduro... Y las cosas pintan muy mal».

Él pudo haber votado acudiendo al consulado en Vigo, para lo que únicamente tendría que viajar desde Pontevedra, donde está residiendo, pero no lo hizo: «¿Y para qué? Serían un viaje y un voto perdido. Esas elecciones no valen para nada. Yo ni me he molestado en votar para legitimar esta farsa».

En términos similares se expresa María Eugenia Rosello desde Ourense. «A mí tampoco me sorprendió el resultado, para nada... Como la mayoría opositora, pienso que no había que ir a votar, a pesar de que nos pusieron mesas para hacerlo. Si fuéramos a votar legitimaríamos la Asamblea Constituyente, que para nosotros no existe, es una creación de Maduro. Si no existe, ¿cómo vas a votar? Es mentira que la participación fuera del 50 %. Me pasaron fotos de Caracas en las que se ve la calle vacía y sin coches, lo que quiere decir que la gente se quedó en casa. Sí me creo los votos que sacó Maduro, porque el chavismo sí salió a votar y los que trabajan para el Estado también. Más que nada, porque, a pesar que se dijo que no se iba hacer, es mentira, sí se tuvo que validar lo que allí se conoce como el carné de la patria, que es como el DNI de España».

Información elaborada con las aportaciones de María Hermida, Cándida Andaluz y Rodri García.