Lula mantiene su candidatura un mes después de entrar en prisión

Miguel Piñeiro Rodríguez
miguel piñeiro BRASILIA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EFE | Antonio Lacerda

Afirma que dejar la carrera electoral sería reconocerse culpable

12 may 2018 . Actualizado a las 08:22 h.

Cada charla que el sociólogo Jessé de Souza da en diferentes ciudades de Brasil acaba de la misma manera: con centenares de personas en pie gritando al unísono «Lula livre!». Ocurrió en Brasilia pocos días después de que se confirmase la encarcelación del expresidente brasileño, hace ahora un mes. En su reclusión en una celda de 15 metros cuadrados en un sector de oficinas del cuartel de policía de Curitiba, Lula lee el último libro de De Souza, A elite do atraso, mientras se hace fuerte en unos argumentos que no han cambiado de dirección: mantener su candidatura a la presidencia de cara a las elecciones de otoño. Y por primera vez, parece que cogió con el pie cambiado a parte de la dirección del Partido de los Trabajadores (PT).

«Si acepto la idea de no ser candidato, estaré asumiendo que cometí un crimen. Y no cometí ningún crimen. Por eso, seré candidato hasta que la verdad aparezca, y los medios de comunicación, los jueces y los fiscales muestren el crimen que cometí o paren de mentir», escribió Lula en una carta enviada desde prisión esta semana. La misiva iba dirigida personalmente a Gleisi Hoffmann, presidenta del PT, que reaccionó de manera contundente a los rumores internos de que el partido aceptaría ir en la candidatura de Ciro Gomes (PDT) con un vicepresidente. Lula salía así al paso de la primera quiebra de consideración en la postura monolítica del PT, que había cerrado filas de manera pública en torno a su figura, por más que comenzase a cumplir hace un mes una pena de cárcel de 9 años por corrupción que le hace casi imposible concurrir a las elecciones.

No hay oficialmente plan B en el PT, a la espera de un milagro judicial o a la aparición de una figura ungida por el propio Lula para afrontar el reto de trasladar a las urnas el tirón indiscutible del expresidente en todas las encuestas. «Los electores de Lula, que son la amplia mayoría de los encuestados, esperan que el PT y sus dirigentes hagan su defensa intransigente y garanticen la viabilidad de su candidatura, para rellenar el vacío político que existiría sin él en una elección en un momento tan difícil para el país», resaltó Hoffmann en un artículo reciente.

La izquierda brasileña empieza a operar para formar un bloque común de cara a las elecciones de octubre que haga frente a la extrema derecha de Jair Bolsonaro, con o sin Lula. Voces con peso dentro del propio PT, como Jacques Wagner y Flávio Dino, ya se manifestaron en público pidiendo articular una alternativa en torno a Ciro Gomes. Una de las señaladas por Lula antes de entrar en la cárcel, la líder del Partido Comunista do Brasil, Manuela D’Ávila, habla de un frente de izquierdas entre su partido, el PT, el Partido Socialista e Liberdade y el Partido Democrático Laborista de Gomes. «Nuestras diferencias son pequeñas ante los desafíos que afronta nuestro país. Estoy abierta ?y todos deberían estarlo- a la construcción de una salida que una a la izquierda», declaró recientemente D’Ávila.

Dos nuevos reveses judiciales

Lula recibió ayer dos reveses dela justicia. La segunda sala del Supremo Tribunal Federal negó el recurso de su defensa reclamando su liberación. En una decisión unánime de los cinco jueces que componen la sala, todos ellos pertenecientes al grupo de once que le negó a Lula el habeas corpus hace algo más de un mes, los magistrados decidieron no atender la petición de los abogados porque nada ha cambiado desde entonces.

Por su parte, el Tribunal Superior Electoral rechazó una petición del Partido de los Trabajadores (PT) para que el expresidente pudiera contar con un representante en las entrevistas con candidatos a las presidenciales. El partido había alegado que Lula lidera actualmente todos los sondeos de intención de voto y que, pese a que no puede comparecer en las entrevistas mientras esté preso, tiene derecho a recibir el mismo tratamiento que todos los demás aspirantes.

El juez que rechazó la petición admitió, no obstante, que el asunto tendrá que ser debatido posteriormente por el plenario del te el tribunal debido a que «jamás» hubo que decidir sobre una cuestión como esta