Orbán asegura que la era de las democracias liberales terminó

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

EFE | Tamas Kovacs

Propone en su investidura planes para llegar hasta 2030

11 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«La era de la democracia liberal ha terminado porque no podía ya ofrecer la libertad, garantizar la seguridad y mantener vivo el cristianismo». No lo dijo un autócrata como Putin, ni un heraldo de la extrema derecha rendida a los pies de Steve Bannon, sino todo un miembro del Partido Popular europeo que se sienta en las cenas donde los jefes de Estado y de gobierno que deciden el futuro de Europa. No ocurrió tampoco durante un mitin, donde son frecuentes los calentones, sino en un Parlamento, en el transcurso de la investidura de la que el autor va a salir hoy un nuevo mandato como primer ministro.

Viktor Orbán no se anduvo por las ramas en el discurso con el que prologó su tercer mandato consecutivo en Hungría tras imponerse el pasado abril por mayoría absoluta. «Por fin construiremos el nuevo Ejército húngaro», defendió un aumento del gasto militar escudándose en que los países vecinos «también se están armando», sin entrar en más detalles de a cuáles se refería. Según dijo, al apoyarlo en las elecciones, los votantes le han dado «valentía para no hacer solo planes para los próximos cuatro años, sino para los diez o doce siguientes». En esa fecha, en torno a 2030, «Hungría estará entre los cinco países más viables de la Unión Europea», aseguró, sin detallar tampoco qué significaba esa promesa.

Según recoge Efe, afirmó que la región de Europa Central y del Este podrá convertirse en una importante zona económica, «con el liderazgo de Polonia». Orbán recalcó una idea suya de siempre, que «Hungría necesita la UE, y la UE necesita a Hungría», a condición de que los límites estén claros. «Queremos una federación de naciones libres. Hay que renunciar a los planes de la formación de los Estados Unidos de Europa», enfatizó sobre los proyectos de federalización que albergan algunos socios.

No faltaron alusiones a su bestia negra. «Hay que volver a la realidad. Hay que cambiar las políticas de migración», subrayó en defensa de su rechazo al proyecto de reubicación de refugiados entre los países miembros. A su juicio, la migración «llevará al fin de las naciones y al derrumbe de los Estados» en el continente. Hablando sobre la situación geopolítica de su país, Orbán añadió que «es un comprometido miembro de los sistemas de alianza occidentales», pero que Hungría se sitúa en el triángulo marcado por Berlín, Moscú y Estambul. «Por eso rechazamos la intervención en los asuntos de otros pueblos y la exportación de la democracia», aclaró.