Macron inicia en el cortejo a Trump en su primer viaje a EE.UU.

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

JIM LO SCALZO | Efe

El presidente francés intentará frenar la guerra económica del magnate con la UE y negociar sobre Siria, Irán y el pacto nuclear

24 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Quince meses después de su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump desplegó por fin la alfombra roja para Emmanuel Macron. Fue el presidente francés, junto a su esposa Brigitte, la primera visita de Estado de la era Trump. Toda una declaración de intenciones en la que a pesar de evidenciarse la cálida relación entre potencias, ambos mandatarios abordarán desde hoy profundos desacuerdos. «Contra todos no funciona», advirtió Macron. Fue esta la antesala de una visita de tres días con una compleja agenda internacional en la que Siria, Irán y las tarifas a la Unión Europea son los puntos más conflictivos.

Macron insiste en que EE.UU. no debe abandonar la coalición internacional en Siria, mientras que Trump sostiene que los 2.000 soldados estadounidenses volverán pronto a casa. «Si nos vamos le dejaremos espacio al régimen iraní y a Bachar Al Asad», alertó el francés. Irán, precisamente, es otro de los puntos de conflicto entre presidentes desde que Trump amenazó con romper el acuerdo nuclear firmado con Teherán en el 2015 si no se obliga a Irán a limitar su programa balístico y su influencia en Oriente Medio. En la agenda también están las cuestiones comerciales tras el anuncio por parte del magnate, de imponer nuevos aranceles del 25 % a la importación de acero y del 10 % al aluminio.

Ambos mandatarios relegaron el lunes los asuntos más espinosos con una cena privada en Mount Vernon, la histórica residencia de George Washington en el sur de la capital. Será este martes cuando Trump y Macron comiencen las discusiones diplomáticas con reuniones en la Casa Blanca, seguidas de una cena de Estado.

El gusto de Melania

La cumbre también será importante para la primera dama. Todo lo que implica la cita, en cuanto a protocolo y simbolismo se refiere, es una oportunidad para que Melania Trump muestre sus fortalezas. «Recuerden que tiene experiencia en el mundo del diseño», dijo su portavoz Stephanie Grisham, refiriéndose a la carrera de la eslovena como modelo y como propietaria de una línea de bisutería. «Tiene un gusto increíble, lo que hace las cosas muy, muy fáciles», añadió su secretario personal, Rickie Niceta. Tanto es así que, para su primera cena de Estado, Melania no ha contratado a ningún organizador de eventos externo para ayudar al personal de la Casa Blanca, prefiriendo confiar en sus propias elecciones y en las de Niceta, que antes de llegar a la avenida Pensilvania trabajó en la empresa de cátering y diseño Design Cuisine. La mano de la primera dama se podrá ver en los arreglos florales o en el menú. También en el hecho de que la cena se celebrará en la Sala de Estado, la más pequeña de las estancias de la Casa Blanca destinada a dichos eventos. Por voluntad de Melania, la lista de invitados no supera las 150 personas, un número sorprendentemente bajo si se tiene en cuenta los 400 invitados del matrimonio Obama en su última cena de Estado a Italia. «Trump quiso que no estuviese demasiado lleno porque los invitados deben poder moverse y sentirse especiales», reveló Niceta. «Ella quiere asegurarse de que la gente se sienta como en casa», añadió Grisham.