Trump se hizo pasar por otra persona para que lo incluyesen en la lista de los más ricos de «Forbes»

La Voz

INTERNACIONAL

Carlos Barria | reuters

Un periodista divulga las grabaciones en las que el actual presidente de EE. UU. dijo ser John Barron e infló el valor de su riqueza para entrar en el listado en 1984

22 abr 2018 . Actualizado a las 19:48 h.

«Trump me mintió acerca de su riqueza para entrar en Forbes 400. Aquí están las cintas». Con este titular empieza su relato el periodista Jonathan Greenblatt, que trabajaba en los años ochenta en la revista financiera, que en 1982 comenzó a confeccionar la célebre lista de los más ricos. En un reportaje publicado en The Washington Post, Greenblatt relata que, mientras muchos hombres poderosos de aquella época trataban de evitar que su nombre apareciese en el lista, quien ahora dirige los destinos de Estados Unidos estaba obsesionado por hacerse un hueco entre las grandes fortunas mundiales y para ello no tuvo inconveniente en mentir acerca de su patrimonio ni tampoco en hacerse pasar por otra persona: John Barron.

Greenblatt relata que contactó con Donald Trump cuando Forbes estaba elaborando el primer ránking y el magnate «hizo todo lo posible» para convencerlo de que era el «desarrollador de bienes raíces más ricos de Nueva York». Para hacerlo no dudó en desinflar la fortuna de su propio padre, Fred Trump, que era  conocido por haber construido la mayor parte de las viviendas que la Organización Trump tenía antes de que el hoy presidente de Estados Unidos pasase a formar parte de la compañía. «Así que me sorprendió cuando Donald afirmó que él, y no su padre, poseía el 80 % de los 23.000 apartamentos que dijeron que tenían en Brooklyn, Queens y Staten Island», ha desvelado Greenblatt, entonces un periodista veinteañero, a quien Trump trató de hacer ver en más de una ocasión que la información que le estaba dando acerca de su fortuna era cierta. El periodista pidió entonces pruebas documentales, pero el abogado de Trump no se las facilitó.

Ante la poca eficacia de esta estrategia, Trump decidió entonces pasar al plan B. Si Donald no era lo suficientemente convincente, quizá lo fuese John. «Al año siguiente recibí dos llamadas de John Barron, el ejecutivo ficticio de Trump, que me dijo que Donald había tomado posesión de más del 90 % de Fred. También sugirió que Trump estaba a punto de obtener una ganancia de 50 millones de dólares cada año por su primer casino en Atlantic City (...) y así, en 1984, aumentamos la estimación neta de Donald a 400 millones millones y dejamos a Fred, en 200 millones de dólares», ha desvelado el experiodista de Forbes.

En las cintas que ahora ha difundido Greenblatt puede apreciarse que el tal Barron no era otro que Trump tratando de disimular su voz y no su vicepresidente de finanzas, como se identificó entonces. Según el periodista, en un proceso judicial de 1990, el magnate neoyorquino admitió haber usado nombres falsos en conversaciones telefónicas, pero en el 2016, cuando The Washington Post reveló este caso Trump lo negó. 

La conversación que el periodista de Forbes mantuvo con el falso Barron quedó protegida hasta ahora por el compromiso de Greenblatt  de que permanecería en secreto, pero el reportero considera que las mentiras que Trump utilizó para engañarlo lo liberan de un pacto que él asumió de buena fe.