Resultado histórico para el eterno Putin en unas elecciones a su medida

leticia álvarez MOSCÚ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

KIRILL KUDRYAVTSEV | afp

Logra el 76,67% de los votos en unas presidenciales bajo sospecha por irregularidades

19 mar 2018 . Actualizado a las 08:05 h.

Él mismo vaticinó que conseguiría una brillante victoria durante uno de sus últimos mítines electorales. No sorprendió a nadie. Vladimir Putin, con el 76,67 % de los votos, es ya el presidente ruso más duradero desde Stalin. Renueva mandato la misma semana que se celebra el cuarto aniversario de la anexión rusa de Crimea a Rusia, una hazaña de la que se siente personalmente orgulloso. Ni siquiera los votos fantasmas y las incidencias denunciadas por organizaciones independientes empañaron su reelección .

Convencido de la continuidad de su mandato, Vladimir Putin madrugó para ir a votar: «Estoy seguro del programa para mi país», dijo a los presentes. Ya a media tarde la participación en la Federación Rusa marcaba un hito histórico, más del 50 % de la población. Al mismo tiempo, decenas de denuncias procedentes de activistas, oposición e institutos independientes salieron a la luz. En varios vídeos se ve como miembros de las mesas electorales introducen papeletas sin molestarse en disimular.

«A nuestros observadores en las regiones de Kémerovo y Krasnodar simplemente no les dejan entrar en los colegios electorales», denunciaba Navalny, líder opositor que no ha podido presentarse a las elecciones. La oenegé rusa Golos, defensora del ejercicio del derecho a votar, contabilizó más de 1.700 incidencias en el país. Imágenes de ciudadanos depositando montones de papeletas empezaron a filtrarse en las redes. Incluso el segundo candidato en número de votos, Pável Grudinin, del Partido Comunista, denunció haber vivido las elecciones más sucias de su vida.

A pesar de la rápida reacción de la comisión electoral en Moscú, varias acusaciones en regiones como Chechenia, Siberia o Daguestán no fueron desmentidas, tampoco se invalidaron los votos. No es la primera vez que ocurre. En las elecciones parlamentarias del 2011 el partido de Putin, Rusia Unida, logró casi el mismo número de votos que porcentaje de participación en Chechenia . Los resultados finales indignaron a gran parte de la sociedad rusa que salió a manifestarse al grito de fraude electoral. Sin embargo, en esta ocasión la oposición, fragmentada, no ha cumplido su amenaza de boicot.

Escaso apoyo

Los otros siete representantes en las elecciones presidenciales rusas apenas consiguieron el 30 % de los votos. Especial batacazo para la hija del mentor de Putin, la presentadora Xenia Sobchak, criticada por ser tan solo una figurante en los comicios. Derrotada por los resultados, le propuso a Navalny una unión como única opción para conquistar el poder. Una oposición unida y fuerte podría hacer frente al futuro sucesor de Putin. Sin embargo, el famoso opositor rechazó la oferta y se limitó a prometer que seguirá luchando para denunciar más casos de corrupción.

Con los primeros datos oficiales, Putin apareció en el centro de Moscú. Dándose un baño de masas, agradeció la confianza a sus ciudadanos y prometió que el país siempre triunfará. La plaza de Manezhaya congregó a cientos de ciudadanos con banderas patrióticas mientras se proyectaba un documental del aniversario de la anexión rusa de Crimea, una agresión que provocó el inicio de las sanciones económicas de Europa y EE. UU. a Rusia.

La política exterior y la escalada de las tensiones con Occidente debido al envenenamiento en el Reino Unido del doble espía Serguéi Skripal, han dado el impulso que necesitaba Putin para coronarse como el eterno presidente. Ayer, en su primera alocución tras su triunfo, desmintió que Rusia disponga del agente que envenenó a Skripal. 

«No vamos a entrar a votar, ya sabemos el ganador»

Un kilo de patatas a dos rublos, menos de cinco céntimos. Precios soviéticos en Akademiceskij para los vecinos que aprovechaban su camino al colegio electoral. Globos de colores dibujando la bandera rusa daban la bienvenida a los votantes. La recomendación de la administración presidencial a las autoridades locales se siguió al pie de la letra. Fue una jornada festiva amenizada con música, juegos y té caliente para soportar los 22 grados bajo cero que se llegaron a alcanzar.

«¿Cómo vas a apoyar a Yabloko , el partido social-liberal, con lo que los mayores hemos hecho por vuestra generación?, replica la interventora del colegio electoral a la única persona que acudía a depositar su papeleta a primera hora en el colegio electoral de Akademisceskij. La joven, avergonzada, no quiso responder a más preguntas después de votar en una urna de plástico.

El resto de vecinos ni siquiera había entrado al colegio electoral, para muchos la fiesta estaba en el exterior. «No voy a entrar a votar, solo he venido a comprar patatas. Ya sabemos el ganador», explica Ana, joven estudiante de traducción mientras llena su bolsa con viandas para la semana.

En el centro de Moscú la imagen era completamente distinta. El colegio de español Miguel Hernández recibía a los electores con acordes de guitarra y urnas electrónicas. La media de edad era muy superior a los suburbios. También el número de efectivos policiales y controles de seguridad.

«No le puedo decir mi voto, lo único que puedo decirle es que ya sabemos el ganador», sonríe la decana de la Universidad de Moscú, asegura que las relaciones entre Rusia y el resto de Europa solo pueden ir a peor. «Votaré por Putin y por la estabilidad de la Federación Rusa», responde su compañera Semionova, ingeniera de 69 años, en un perfecto inglés. Ambas depositan su papeleta electrónica y se marchan juntas. A la salida reciben una chapa de la comisión que acredita su participación en la elección de «nuestro presidente».