Maduro arresta al general que detuvo a Leopoldo López

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Marco Bello | Reuters

Miguel Rodríguez Torres fue último ministro del Interior del Gobierno de Hugo Chávez

15 mar 2018 . Actualizado a las 07:42 h.

La detención el martes en la tarde (local) del último ministro del Interior del Gobierno de Hugo Chávez y primero de Nicolás Maduro, el general del Ejército retirado Miguel Rodríguez Torres, ha llevado a los venezolanos a preguntarse qué tan profundas son las raíces del supuesto golpe militar que anda de boca en boca en el país desde hace semanas, y dónde parará la purga en las Fuerzas Armadas, que lleva ya más de una docena de detenidos.

Rodríguez Torres, una figura emblemática del denominado «chavismo crítico» y el hombre que metió en la cárcel al líder opositor Leopoldo López en 2014, fue detenido en un acto público. Se le acusa de formar parte del Movimiento de Dignidad Nacional por la Transición por el que fueron arrestados nueve militares de mediana graduación a finales de la semana pasada, acusados de rebelión y traición a la patria por tribunales militares.

La analista militar, Sebastiana Barráez, señaló que Maduro, quien busca la reelección en unos comicios adelantados que la comunidad internacional no reconoce, «está tratando de formar una casta madurista, no chavista», y para ello está purgando el Ejército de las figuras más leales al presidente fallecido. De hecho, Rodríguez Torres era uno de los más cercanos a Chávez, al igual que el supuesto líder del Movimiento de Dignidad Nacional, el teniente coronel Igber Marín, quien había sido edecán del finado presidente hace una década, y para el momento de su arresto, era el comandante del Batallón Ayala, el más grande y con mayor poder de fuego del país.

La oposición, en tanto, se debate entre manifestar su apoyo a Rodríguez (quien hace una semana se unió al Frente Amplio formado contra Maduro entre partidos, instituciones, gremios y ex chavistas) o el rechazo que concita la figura de quien, por un quinquenio, fue director de la policía política del chavismo, y a quien se le atribuye la creación de La Tumba, una prisión subterránea en el centro de Caracas, infame por sus métodos de tortura blanca.

El Gobierno de Maduro no ha acusado, hasta ahora, de un delito concreto a Rodríguez, pero señaló en un comunicado que «conspiraba contra la unidad monolítica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana». Fuentes militares afirmaron que Rodríguez habría sostenido reuniones con los oficiales detenidos por conspiración, y que Marín fue arrestado cuando fuentes de inteligencia descubrieron, la tarde del 2 de marzo, que todo el equipamiento de su batallón estaba listo para usarse sin que hubiera orden para ello. «Estaban listos para un golpe», afirmaron, aunque sin confirmar si eso sería lo que sucedería o no. Los restantes detenidos también comandaban tropas.

Rocío San Miguel, presidenta de la oenegé Control Ciudadano para la Fuerza Armada, señaló que «hay un grupo de militares que no quieren inmolarse con Maduro», al que reconocen como «débil en el interior y cuestionado en el exterior». Las sanciones a los altos mandos establecidas por EE.UU. y Canadá «están haciendo mella en los cuadros medios de la Fuerza Armada», indicó. A esto se suma un ambiente general de ingobernabilidad en los cuarteles, donde «la tropa y la baja oficialidad están, literalmente, pasando hambre», señaló la fuente consultada por La Voz.

Las deserciones son «de centenares» de personas, afirmó: «Centenares diariamente».