Un atentado contra el primer ministro complica el proceso de unidad palestino

Mikel Ayestarán JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

MAHMUD HAMS | afp

Acusan a Hamás de estar detrás del artefacto que explotó al paso del convoy en la Franja de Gaza

14 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El proceso de reconciliación entre palestinos apadrinado por Egipto sufrió ayer un duro golpe en forma de atentado en Gaza. Seis miembros de la escolta del primer ministro, Rami Hamdala, y del jefe de la Brigada General de Inteligencia, Majed Farah, resultaron heridos por la explosión de un artefacto al paso de su convoy cuando acababan de cruzar a la Franja y pasaban por la población de Beit Hanun. En el lugar del ataque, una zona muy sensible y bajo la vigilancia de Hamás e Israel, se encontró un segundo artefacto que no estalló, según informó el propio Hamdala tras su regreso a Cisjordania.

Se había desplazado a la Franja para la inauguración de una planta de tratamiento de aguas residuales, pero la visita se torció nada más comenzar por culpa de una explosión que no reivindicó ningún grupo, pero de la que la presidencia palestina culpó a Hamás. Mahmud Abás calificó lo ocurrido de «atentado cobarde» y responsabilizó de ello al movimiento islamista. Farah, que formaba parte del convoy, señaló que «el que está allí es el responsable de la seguridad de la gente y de la tierra».

Los islamistas, al frente de Gaza desde hace una década, reaccionaron de forma inmediata y declararon a través de las redes sociales que «Hamás condena el crimen contra el primer ministro Rami Hamdala y lo considera parte de un intento que pretende desestabilizar la seguridad en Gaza y frustrar los esfuerzos para alcanzar la unidad nacional». En ese contexto, ordenaron abrir una investigación y condenaron «las acusaciones de la presidencia de la ANP por hacerle responsable de este crimen». A lo largo del día los medios cercanos a Hamás informaron además de la detención de tres sospechosos.

Los dirigentes de Gaza recordaron la muerte a tiros del comandante de su brazo armado, Mazen Faqha, en marzo del 2017, y apuntaron a «la misma mano» como culpable del atentado contra Hamdala. En esa ocasión acusaron a Israel. En octubre, el jefe de sus fuerzas de seguridad, Tawfiq Abu Naim, también sufrió un intento de asesinato, pero en este caso se atribuyó a salafistas, con los que Hamás tiene una dura pugna en la Franja y a quienes acusa de lanzar cohetes contra Israel. El acuerdo firmado en El Cairo el 12 de octubre por Al Fatah y Hamás no avanza. Los islamistas, asfixiados por el bloqueo impuesto por Israel y Egipto, cumplieron su palabra y el 1 de noviembre cedieron el control de los cinco puestos fronterizos de Gaza. Fue un primer paso importante, pero desde entonces no hay avances.