Cuba: comienza la cuenta atrás para el inicio del post-castrismo

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

ENRIQUE DE LA OSA | Reuters

Más de ocho millones de cubanos mayores de 16 años están convocados para acudir a las urnas y votar a los candidatos de sus respectivos municipios que integrarán las asambleas provinciales y la Asamblea Nacional (Parlamento). Podrán votar pero no elegir porque el número de candidatos -los propuestos por los órganos del Partido- es igual al de escaños.

11 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En esta peculiar versión caribeña de la Democracia Orgánica, inventada en su día por Franco, los 605 parlamentarios que se sentarán de nuevo en el remozado capitolio habanero elegirán de entre ellos, como cada cinco años, a los 31 miembros del Consejo de Estado. Estos, el próximo 19 de abril, elegirán al nuevo presidente de Cuba, al sucesor de Raúl Castro.

Nada nuevo salvo que en esta ocasión, por primera vez en seis décadas, no será ningún miembro de la familia Castro ni un militar. El mejor posicionado y el favorito en todas las quinielas se llama Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de 57 años. Será el principio del fin del postcastrismo pero pilotado por los Castro ya que Raúl dejará formalmente la presidencia pero seguirá al frente del todopoderoso Partido Comunista Cubano (PCC).

Según la constitución cubana, es el PCC quien «organiza y orienta los esfuerzos comunes» para la construcción del socialismo. Es el único autorizado a existir en Cuba y supervisa el proceso electoral, un proceso que en realidad comenzó hace un año con las municipales. Elecciones en las que no participan partidos sino los ciudadanos que, en reuniones vecinales, proponen a mano alzada a sus candidatos y luego votan por ellos en comicios directos y secretos.

De los delegados municipales -concejales- electos en 12.515 circunscripciones que forman las 169 asambleas municipales -ayuntamientos- han salido el 50% de los aspirantes a delegados provinciales y a diputados. El otro 50% es propuesto directamente por comisiones de candidatura formadas por seis organizaciones gremiales y estudiantiles afines al gobierno.

Solo militantes y afines

El sistema está diseñado para que cualquier ciudadano pueda ser electo, sea o no militante del PCC. Pero también para dejar fuera a los opositores, porque los propuestos pasan tanto por la votación vecinal como por el tamiz de las comisiones de candidaturas. En esta ocasión, los candidatos propuestos para el Parlamento fueron 12.000, de los cuales la comisión escogió a los 605 finales.

La votación de hoy -11 de marzo- se limitará a ratificar los 605 propuestos como diputados. La nueva Asamblea Nacional, en la que la cúpula del PCC tiene garantizado el escaño, se constituirá el próximo 19 de abril y elegirá entre sus miembros a los 31 aspirantes al Consejo de Estado, previamente nominados por el PCC. Una vez constituido, el Consejo de Estado celebrará su primera reunión y, a mano alzada, elegirá entre sus integrantes al presidente de Cuba, al vicepresidente primero y a otros cinco vicepresidentes, entre otros cargos.

El favorito en todas las quinielas

La mayoría de los pronósticos señalan a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, actual vicepresidente primero, como el sucesor de Raúl Castro. El kilometraje acumulado en los últimos meses en recorridos por el país y la amplia cobertura de la prensa oficial a sus actividades parecen respaldar la idea de que es él el elegido por Raúl Castro.

Muchos ven en Díaz-Canel a un reformista, porque en su época como secretario del Partido en Villa Clara autorizó los espectáculos de travestis y los festivales de rock, y porque pedaleaba por las calles de Santa Clara en su bicicleta. En los últimos meses, sin embargo, se ha encargado de dejar claro que su línea es la del castrismo ortodoxo. Su ascenso a primera fila ha sido discreto, sin destellos que dejen entrever a un estadista. Es el dirigente nacido después de 1959 que más alto ha escalado dentro del régimen.

El digital Diario de Cuba en su edición del pasado 17 de enero ofrecía una lista detallada de los candidatos a la sucesión de Raúl en la que, además de Díaz-Canel cita por este orden a 11 más:

José Ramón Machado Ventura (87 años), uno de los históricos de línea dura del régimen quien desde que Raúl Castro asumió el mando, formalmente ha sido su sombra. En una primera etapa como primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, y luego como segundo secretario del Partido Comunista.

Alejandro Castro Espín (52 años), coronel del Ministerio del Interior, es el único hijo varón de Raúl Castro y ha ganado visibilidad en los últimos años. Está a cargo del poderoso Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, al cual se subordinan todas las direcciones de inteligencia y contrainteligencia cubanas. Encabezó las conversaciones secretas previas a las negociaciones para restablecer vínculos diplomáticos con Washington.

Ramiro Valdés Menéndez (85 años), vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros y uno de los comandantes de la Revolución. Fue ministro del Interior en los años 60 y en los 80. Se le atribuyen el diseño de los eficientes sistemas represivo y de inteligencia del régimen, y una asesoría encubierta en esos campos al gobierno venezolano. Fue también ministro de la Informática y las Comunicaciones.

Salvador Valdés Mesa ( 67 años), como vicepresidente del Consejo de Estado, sus 15 minutos de fama llegaron durante la visita de Barack Obama a la Isla, cuando acompañó al presidente estadounidense a poner flores a José Martí en la Plaza de la Revolución. Fue secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, ministro de Trabajo y Seguridad Social y primer secretario del Partido en Camagüey.

Gladys María Bejerano Portela ( 70 años) , la contralora y vicepresidenta del Consejo de Estado es una de las funcionarias más temidas del régimen. Algunos la han descrito como la "dama de hierro" cubana. Está al frente de la Contraloría General desde que fue creada en 2009 por Raúl Castro. El Gobierno presenta su trabajo como una de las «más complejas batallas institucionales y morales», en un país donde la corrupción invade todos los niveles.

Lázara Mercedes López Acea (53 años), la primera secretaria del Partido Comunista en La Habana ascendió rápidamente y con pocas paradas desde su empleo de ingeniera forestal en Aguada de Pasajeros hasta la vicepresidencia del Consejo de Estado. Fue primera secretaria del Partido en Cienfuegos.

Bruno Rodríguez Parrilla (60 años), actual ministro de Relaciones Exteriores que se ha apuntado varios triunfos diplomáticos en los últimos años, entre ellos la reanudación de relaciones con Washington, la firma de un acuerdo político y de cooperación con la Unión Europea y un pacto con el Club de París sobre la deuda cubana. Dentro y fuera de la Isla es una de las caras más reconocibles del régimen. Fue dirigente estudiantil, director de Juventud Rebelde y representante permanente de La Habana ante la ONU.

Marino Murillo Jorge (56 años), al que la prensa bautizó como el "zar de las reformas", pues se le considera el principal arquitecto de los ajustes económicos del régimen en busca de su supervivencia. Fue ministro de Economía. Dejar ese puesto le ha restado visibilidad, pero sigue al frente de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, encargada de elaborar las medidas que el Gobierno pone en marcha. Es vicepresidente del Consejo de Ministros y defiende la línea de austeridad y combate a la riqueza que ha impuesto el castrismo a los cubanos.

Esteban Lazo Hernández ( 73 años), presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y uno de los pocos afrocubanos que ha estado entre las figuras más visibles del régimen durante décadas, aunque siempre en segunda fila. Fue primer secretario del Partido en Matanzas, Santiago de Cuba y La Habana. Es vicepresidente del Consejo de Estado.

Leopoldo Cintra Frías ( 76 años), general de Cuerpo de Ejército, ministro de las Fuerzas Armadas y fundador del Partido Comunista es uno de los integrantes de la llamada "generación histórica" del régimen. Se ha paseado por varias de las ramas del Ejército y es considerado un hombre de la máxima confianza de Raúl Castro.

Julio César Gandarilla Bermejo, vicealmirante de la Marina de Guerra, y ministro del Interior desde el pasado año. Hasta entonces era una figura poco conocida, aunque fue jefe de la Contrainteligencia Militar. Desde su actual puesto, dirige la Policía y el aparato de Seguridad del Estado, entre otras áreas.

De la carrera sucesoria hace años que quedaron apartados Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, dis figuras de la llamada generación intermedia que fueron defenestrados por grabaciones en las que se recogen críticas a Fidel y otros históricos de la Revolución.