La UE cruza los dedos para que Italia salga hoy con gobierno de las urnas

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

STR | EFE

Bruselas teme la subida de las primas de riesgo si el país encalla en la inestabilidad

04 mar 2018 . Actualizado a las 09:08 h.

Las elecciones en la Unión Europea siempre acaban creando extraños compañeros de cama. La pérdida de peso e influencia de los partidos tradicionales han balcanizado la política en el Viejo Continente donde las coaliciones multicolores están destinadas a ser la norma. Lo saben bien en Bélgica. Liberales francófonos e independentistas flamencos comparten Ejecutivo. También en Holanda, donde liberales y conservadores gobiernan con el centro izquierda. O en Dinamarca, donde el Gobierno conservador depende del apoyo del Partido Popular Danés, una fuerza populista antiinmigración. Italia no será una excepción si hoy se consuman los resultados que anticipan los sondeos desde hace semanas.

A Bruselas, eso sí, todavía no le salen las cuentas. No se puede descartar que Europa se despierte mañana con la cuarta potencia del euro en una situación de práctica ingobernabilidad como consecuencia de la división en las urnas. Nadie esconde su inquietud en los cuarteles de la Comisión Europea tanto por ese potencial escenario como por la pérdida de apoyos de los socialdemócratas y el éxito del Movimiento 5 Estrellas de Luigi Di Maio, quien a pesar de renunciar a la convocatoria de un referendo de permanencia en la UE y de suavizar sus discursos euroescépticos, no ha conseguido quitarse de encima la etiqueta de antisistema.

«Me preocupa más el resultado de las elecciones italianas que el del referendo interno del SPD (socialdemócratas alemanes). Debemos prepararnos para el peor escenario, que podría ser no tener un gobierno operativo en Italia», aseguró hace una semana el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. El luxemburgués anticipó «una reacción muy fuerte de los mercados financieros en la segunda semana de marzo» si se confirman los peores presagios. Las primas de riesgo, otrora termómetro de la crisis, hoy vuelven a despuntar acuciadas por la inestabilidad política.

La UE se juega mucho en estos comicios. Nada menos que el futuro de su proyecto político. El bloque no puede aplazar por más tiempo el debate sobre la integración de los 27 tras el brexit y la aportación de Italia, hasta ahora ensimismada en sus conflictos internos, será crucial para configurar la baraja.

El hecho de que la socialdemocracia, también en Italia, siga en caída libre ha aflorado el inaudito apetito de Bruselas por matrimonios peligrosos como el que podrían consumar Forza Italia y Liga Norte. El bloque de derechas tiene opciones de gobernar tras la intensa campaña de blanqueamiento emprendida por Berlusconi en las últimas semanas. Todo ello con la complicidad de los líderes comunitarios y del propio presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, elegido candidato por el ex Cavaliere. Un mal menor para las instituciones de la UE, que vuelve a dejar al aire sus contradicciones y falta de credibilidad: frenar la eurofobia apoyando un Gobierno sostenido por la ultraderecha xenófoba de Matteo Salvini, para quien el euro «ha sido un error para nuestra economía».

Cualquier Ejecutivo será precario y tendrá difícil sobrevivir

maría signo

Los resultados de hoy en Italia presentan tantas incógnitas que cualquier Ejecutivo que salga de las urnas tendrá una vida precaria y muchas dificultades para llevar adelante su programa. Estos son los escenarios

¿Es posible una coalición según el modelo alemán entre Berlusconi y Renzi?

Es la hipótesis más repetida por los analistas aunque tanto Berlusconi como Renzi la hayan rechazado durante la campaña. Para que sea posible el Partido Democrático (PD) tiene que lograr entre el 23 y el 24 % y de esta manera poder formar, con ayuda de aliados, un grupo parlamentario que supere al Movimiento 5 Estrellas (M5E). Por su parte, Berlusconi tendría que romper su alianza con la Liga de Matteo Salvini y con Hermanos de Italia de Giorgia Meloni para formar un «pacto moderado» que sería muy bien visto por el presidente de la República, Sergio Matarella, y por Bruselas. La ruptura de la coalición pondría a los de Berlusconi en minoría dentro del posible gobierno y haría que el PD exigiera la presidencia y un mayor número de ministros.

¿Podría pactarse un Gobierno técnico y nuevas elecciones si no hay acuerdos pronto?

Son muchos los que creen en esta hipótesis. Al frente del Gobierno quedaría una persona independiente políticamente pero que contase con el apoyo de Forza Italia, PD y Libres e Iguales (LeU) y tal vez la Liga. Sería más difícil la participación de M5E. Este Gobierno tendría el encargo de reformar la ley electoral y convocar nuevas elecciones en el menor tiempo posible. Berlusconi auspició esta solución, que le podría permitir presentarse como candidato.

¿Volverá Berlusconi a ser primer ministro?

Berlusconi está inhabilitado y no es candidato pero ha propuesto a Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, como jefe de Gobierno. Si la Liga de Salvini supera en votos a Forza Italia, será él quien dirigirá el Ejecutivo. La coalición de centroderecha puede alcanzar el 40 % de los votos y podría conseguir la mayoría en una de las dos cámaras. De esta manera podría formar gobierno aunque las incógnitas sobre su duración son muchas dadas las diferencias insalvables entre los programas de Forza Italia, europeísta, y la Liga y Hermanos de Italia, antieuropeístas.

¿Podrá gobernar 5 Estrellas si son los más votados?

La actual ley favorece las coaliciones, por lo que las posibilidades de Luigi Di Maio de formar gobierno en solitario son pocas ya que le faltaría el apoyo del Parlamento. Solo el miedo a la vuelta de Berlusconi podría inclinar a LeU y al sector más crítico del PD, a apoyarlo. La otra posibilidad es un pacto con Liga y Hermanos de Italia, lo que ya se conoce como «alianza populista». Esta posibilidad es la pesadilla de Bruselas que se encontraría en Roma un gobierno antieuropeísta con el que sería difícil trabajar.

El mal momento de Matteo Renzi

Matteo Renzi ha dejado de ser Matteo Renzi. Poco queda ya de aquel joven alcalde de Florencia con ganas de comerse el mundo, empezando por su propia formación, el Partido Democrático (PD), cuyo liderazgo conquistó con la promesa de «desguazar» a la vieja clase dirigente del centro izquierda italiano. Tampoco queda rastro de su avasalladora forma de aglutinar consensos que hizo levitar al PD en las europeas de 2014 hasta alcanzar el 40,8 % de los votos.

El tiempo y los humores políticos han cambiado de forma endiabladamente rápida para él. Salvo sorpresa mayúscula, los comicios de hoy marcarán el punto más bajo de su carrera, una parábola que cambió de trayectoria con la derrota en el referendo constitucional del 2016. Renzi se puede dar con un canto en los dientes si consigue que su formación no quede demasiado por debajo del 25 % obtenido en 2013, cuando el candidato fue Pierluigi Bersani.

No hay más que echarle un vistazo a la propaganda del PD para confirmar que Renzi sabe que no va a ganar. No es propio de él comunicar tan mal. En los mítines se reparte un insulso folleto que, en dos folios plegados, detalla los objetivos cumplidos los últimos cinco años de gobierno y las metas a alcanzar la próxima legislatura. Son nada más y nada menos que 200 puntos apretujados y escritos con letra pequeña. Parece casi un listín telefónico.

Tampoco la propaganda en vídeo anima al optimismo. Muestra una familia en la que el padre dice que «esta vez no va a votar al PD», mientras su esposa y sus hijos le repiten los logros del Gobierno saliente, como la ley que reconoce las uniones gais, el testamento biológico o la ayuda de 80 euros al mes a quienes ganan menos de 1.500 euros. El anuncio va claramente dirigido a los simpatizantes descontentos con el partido, no a buscar nuevos consensos. El problema para Renzi es que a los electores no les faltan alternativas.

Perdedor

La más potente es el Movimiento 5 Estrellas, que consigue un tercio de sus apoyos entre antiguos votantes progresistas. Luego está Libres e Iguales, una escisión del PD liderada por los enemigos internos de Renzi. Otra opción a considerar es +Europa, la nueva marca electoral de la incombustible Emma Bonino. «Renzi sabe que en estas elecciones es un perdedor. Fue derrotado en el referendo y desde entonces su estrategia no tiene como objetivo recuperar el poder, sino tratar de hacerse con el control de su partido», asegura el profesor de La Sapienza de Roma, Fulco Lanchester,