Venezuela: Nicolás Maduro tras los pasos de Adolf Hitler

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

Hugo Chávez patentó en su día una nueva marca política: El Socialismo del siglo XXI. Su sucesor en el trono de la República Bolivariana no quiere ser menos y aspira a que se le recuerde como el padre del Nacionalsocialismo caribeño. Para ello se propone celebrar «mega elecciones» el próximo 22 de abril, salvo imprevistos de última hora.

25 feb 2018 . Actualizado a las 12:01 h.

A diferencia de los de otros tiempos los neo dictadores de última generación están demostrando una gran devoción por las urnas. Eso sí, siempre que estos instrumentos propios de las democracia les sirvan para perpetuarse en el poder.

Este pareciera ser el caso del colombo-venezolano Nicolás Maduro Moros, ungido en su día por el difunto comandante como sucesor. Si bien a los pocos meses fue refrendado en el cargo por una ajustadísima mayoría de los venezolanos, estos no desaprovecharon la oportunidad que se les brindó en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015 para demostrarle su más contundente rechazo, votando masivamente a los candidatos unitarios de la oposición.

El ex conductor del metrobús tomó buena nota del mensaje y, saltándose la norma, no convocó las elecciones a gobernadores en tiempo y forma. También ignoró la otrora sacrosanta constitución bolivariana y no permitió que se celebrase el referendo revocatorio solicitado en tiempo y forma por la oposición porque, de haberse celebrado, lo hubiese apeado de la silla presidencial.

No contento con eso, ninguneó desde el primer momento las competencias de la Asamblea Nacional -el parlamento-, traspasando sus principales competencias a un Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), formado exclusivamente por togados de su cuerda nominados a dedo.

Ante tales atropellos, acompañados de un desabastecimiento galopante de productos básicos por una gestión económica caótica, la reacción de los ciudadanos en la calle no se hizo esperar, pero no titubeó a la hora de reprimirla con el brutal saldo de un centenar largo de víctimas mortales.

En su obsesivo afán por legitimarse en el poder, se sacó de la manga una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) dotándola formalmente de plenos poderes, a la que no reconoce ni la oposición interna ni la comunidad internacional, pero que le está sirviendo para legitimar sus atropellos.

Con la cobertura formal de la ilegítima ANC convocó elecciones a gobernadores el pasado octubre, contó con algún partido opositor como comparsa y, obviamente, ganó por abrumadora mayoría. Visto el éxito, dos meses más tarde hizo lo mismo con las elecciones municipales.

La maltrecha oposición, que siguió entrando al trapo del diálogo, siempre con el facilitador Zapatero como gran maestro de ceremonias, no ganaba para disgustos. Tuvo que afrontar de repente un nuevo llamamiento a las urnas, esta vez para elegir presidente el próximo 22 de abril, con más de medio año de antelación sobre lo que marca la Carta Magna bolivariana. Tras largas y tormentosas deliberaciones, acabaron poniéndose de acuerdo en escuchar el sentir mayoritario de la ciudadanía y anunciaron que no iban a salir a bailar con un Maduro Moros que tenía comprada la orquesta y los palmeros.

Tras esta espantada opositora, al okupa del palacio presidencial de Miraflores solo le quedó como pareja de baile el pastor evangélico Javier Bertucci, representante de la iglesia Maranatha en Venezuela, que estuvo seis meses bajo arresto domiciliario en el año 2010 acusado de contrabando agravado, manejo ilícito de materiales o desechos clasificados como peligrosos, asociación para delinquir y tráfico de materiales estratégicos, según sentencia del Tribunal Supremo de Justicia. Todo apunta a que se trata de una pareja de conveniencia.

 Mega elecciones

La respuesta de Maduro y su cohorte de cleptócratas fue ampliar la convocatoria del 22 de abril a las elecciones parlamentarias -no tocaban hasta el año 2021- y a Consejos Comunales -inéditas hasta la fecha- y no se descarta que el siguiente paso sea convocar elecciones a juntas de condominio (comunidad de propietarios).

Para facilitar la participación de los millones de venezolanos en el exterior, que han huido de la hambruna y/o la persecución política, ordenó la reapertura del Consulado de Venezuela en Miami. Pero se olvidó de ordenar el pago del alquiler del local y a los pocos días se hizo público su desahucio.

Georg Eickhoff un lúcido analista político nacido en Alemania, ex colaborador de la prestigiosa fundación alemana Konrad Adenauer, que vivió cinco años en Venezuela, con lazos familiares en el país, pero que ahora está radicado en México, en declaraciones al digital venezolano elestimulo.com, apunta que «las mega elecciones que propone Maduro se parecen a lo que Hitler hizo en 1933/34: la “Gleichschaltung”, la toma de control sobre todos los poderes en todos los niveles de gobierno. Es el camino totalitario bajo el techo de la ANC».

A la pregunta de cuál será el siguiente enemigo a batir por el madurismo tras la liquidación de los partidos políticos, el autor de El carisma de los caudillos (Cárdenas, Franco,  Perón) responde que «el chavismo era autoritario desde su origen, desde la matanza liderada por un militar en 1992. Con la instalación de la ANC ha pasado a su fase de tiranía que es un gobierno sin ley».

«La pretensión -añadió- es claramente totalitaria. Pero todos los totalitarismos siempre quedan incompletos porque todos los pueblos tienen reservas de libertad que son propiedad inalienable de la persona humana». Recordó que «hasta en Auschwitz hubo reservas de libertad, claramente las hay en Venezuela y todavía son grandes y potentes. Ahora, veo cuatro enemigos del chavismo en el corto y mediano plazo. El más importante son ellos mismos, porque son muy incapaces en todo lo que no sea propaganda y control político. El desastre económico está a la vista de todos. Ser tan ineptos como ellos tendrá su costo».

Cita también  entre los enemigos a batir por el chavismo-madurismo al exilio, «en la medida -precisa- que se organice y se decida a poner recursos financieros en una lucha organizada». Como cuarto enemigo, «quizás el decisivo» apunta a «los países dispuestos a imponer sanciones y usar su fuerza militar».

Señala también en esas mismas declaraciones que«disolver ahora anticipadamente la Asamblea Nacional es algo así como la profanación de un cuerpo después de su muerte. Es la barbarie».

Discrepa de los que aluden a la división interna del chavismo y del supuesto distanciamiento entre Maduro y Diosdado Cabello: «El chavismo -dice- está muy cohesionado, a Diosdado Cabello le dejan sus caprichos como Hitler permitió muchas extravagancias y robos descarados a su segundón Hermann Göring. Ni el nacionalsocialismo fue monolítico. Pero quedaron unidos hasta en el suicidio. Hablar de Diosdado Cabello como de un opositor no permite llegar a diagnósticos útiles».