Duterte pide a los soldados filipinos que disparen a las vaginas de las terroristas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

13 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin vagina «son inservibles». Este fue el argumento que utilizó el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, para invitar a los soldados a atacar directamente a los genitales de las mujeres terroristas. «Hay una nueva orden. No te mataremos. Te dispararemos en la vagina», declaró el pasado miércoles durante un encuentro, hecho público ayer, con más de 200 excomunistas insurgentes que se habían entregado. Entre ellos había 48 mujeres.

Las reacciones masivas llegaron ayer, cuando grupos defensores de los derechos humanos alertaron a la sociedad de la gravedad de que estas palabras salieran de la boca del líder de un país.

Emmi De Jesus, representante del partido feminista filipino Gabriela Womens, comentó que las declaraciones de Duterte sólo confirman que el presidente es el «machista-fascista más peligroso en el Gobierno». «Está empujando de forma peligrosa a las Fuerzas Armadas fascistas de Filipinas a cometer más violaciones sangrientas de los derechos humanos, así como abusos graves de la ley humanitaria internacional», dijo.

Misoginia y humillación

La organización Human Rights Watch señaló que no es la primera vez que Duterte ha brindado declaraciones «misóginas, despectivas y humillantes» sobre las mujeres. «Alienta a las Fuerzas Armadas a cometer violencia sexual durante el conflicto armado, lo que es una violación de la ley humanitaria internacional», argumentó la organización. Ocurrió el mes pasado, cuando Duterte fue duramente criticado por ofrecer a 42 mujeres vírgenes para atraer a turistas al país. Por si fuera poco, el pasado mayo dijo a los soldados que les iba a proteger de los cargos si les acusaban de violar a mujeres mientras estaban bajo ley marcial en la región de Mindanao. Antes de llegar a la presidencia, en junio del 2016 también generó la crispación pública tras contar un chiste sobre una monja australiana violada y asesinada en una prisión en 1989.