Los sondeos vaticinan un portazo de Ecuador al regreso de Correa y el triunfo del presidente en el referendo

héctor estepa QUITO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

CRISTINA VEGA RHOR | Afp

El exmandatario, que está empadronado en Bélgica, no pudo votar

05 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ecuador decidió este domingo cerrar las puertas de la política a Rafael Correa. Eso al menos apuntaban todas las encuestas que vaticinaban la victoria del sí a las siete preguntas que los ecuatorianos tuvieron que responder este domingo en referendo y que fue la opción defendida por el presidente Lenín Moreno.

En juego estaba el futuro de la reelección indefinida -su prohibición podría impedir la vuelta de Rafael Correa al poder- y políticas clave del Gobierno anterior como la ley de plusvalía, que establece impuestos contra la especulación inmobiliaria.

Moreno convocó la consulta tras distanciarse drásticamente de las políticas de su antecesor, Correa, quien le postuló como candidato presidencial a principios del 2017.

El nuevo líder del país tomó distancia del correísmo más férreo nada más llegar al poder, el pasado mayo. Convocó un diálogo nacional con sectores políticos y empresariales opositores, reveló que el país arrastraba una deuda superior a los 60.000 millones de dólares, criticó la gestión económica del Gobierno anterior y denunció a su antecesor por espionaje político.

Las desavenencias, agravadas por el encarcelamiento por corrupción del vicepresidente Jorge Glas, defendido por Correa, acabaron escindiendo el partido de Gobierno, Alianza País (AP). «Las personas corruptas no volverán a burlarse de nosotros», dijo Moreno tras emitir su voto.

Correa, en cambio, no pudo emitir su sufragio este domingo al estar empadronado en Bélgica, donde vive desde que pasó el testigo a Moreno. Volvió a Ecuador a principios de mes para hacer campaña por el No, pero se ha encontrado con una calle hostil, siendo objeto incluso de lanzamiento de huevos.

«Cuando salió de la presidencia él todavía tenía respaldo, pero en estos ocho meses, por la posición del Gobierno y por las acciones políticas del propio Correa, ha perdido mucho apoyo. Su fuerza no ha creado la polarización que se esperaba. La gente le rechaza y él responde de mala manera. Eso hace que se le vaya perdiendo más respeto a su imagen», comenta la analista Natalia Sierra.

Para los correístas acérrimos, Moreno es un traidor. «El presidente es un títere. Quiere dar gusto a todos, y un presidente no puede dar gusto a todos. Debería ser más condescendiente con quien lo puso en el poder. Lo que ha hecho no se le hace ni a un desconocido», comenta Alfredo Armas, un mecánico del barrio Calderón de Quito, bastión de los seguidores del exmandatario.