El arresto del líder opositor ruso allana la continuidad de Putin en el poder

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Partidarios de Navalni protestan contra su detención en la plaza Pushkinskaya, en Moscú, en una imagen de archivo
Partidarios de Navalni protestan contra su detención en la plaza Pushkinskaya, en Moscú, en una imagen de archivo VASILY MAXIMOV | AFP

Miles de personas llaman en todo el país a boicotear las presidenciales de marzo

29 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace apenas unos días, la Justicia rusa disolvió la fundación que gestionaba la campaña electoral del líder de la oposición extraparlamentaria rusa, Alexéi Navalni, inhabilitado por tener antecedentes penales, un caso que él siempre atribuyó a una persecución de índole política. Su respuesta fue convocar una jornada de protestas en todo el país en favor de una «huelga de votantes» para las presidenciales del próximo 18 de marzo. La ola de movilizaciones, convocada ayer, se saldó con su propia detención cuando se dirigía a intervenir en Moscú en la manifestación principal. Poco después, el abogado y bloguero, colgaba este mensaje en las redes sociales. «He sido detenido, pero no importa. Id a Tverskaya. No habéis acudido a esta marcha por mí, sino por vosotros y por vuestro futuro», escribía en Twitter.

La detención del líder opositor ruso allana el camino para la permanencia en el poder de Vladimir Putin. Según todos los analistas, el máximo mandatario ruso, que ya ha cumplido los 65 años, será reelegido en los comicios de marzo con un resultado histórico de más de dos tercios de los votos, lo que le permitirá permanecer en el Kremlin hasta el 2024.

Mientras tanto, miles de personas en toda Rusia salieron ayer a las calles para pedir a sus conciudadanos el boicot de los comicios de marzo, en una protesta que, a diferencia de otras veces, se saldó prácticamente sin detenidos en Moscú y San Petersburgo. Pese a que las manifestaciones en las dos principales ciudades del país fueron declaradas ilegales y las autoridades advirtieron de que serían «duramente» reprimidas, el espectacular dispositivo policial desplegado apenas intervino. Esta misma semana, el líder opositor ruso había compartido un mensaje a través de un vídeo con su partidarios. «Su vida está en juego: ¿Cuántos años más quieren vivir con estos ladrones, fanáticos y pervertidos en el poder? Ya aguantamos esto durante 18 años», decía.

Cuatro detenciones en un año

La detención de Navalni, que es ya la cuarta en menos de un año, se produjo solo horas después de que efectivos de la policía rusa entraran por la fuerza en las oficinas de Navalni, el Fondo de Lucha contra la Corrupción. Una iniciativa que fue creada hace justo seis años por el conocido abogado. Desde esa sede pretendía retransmitir, a través de un canal de YouTube todas las manifestaciones convocadas para boicotear las presidenciales.

Hace días, el propio Navalni ya advirtió que las autoridades planeaban tomar medidas drásticas contra sus simpatizantes, sobre todo los más jóvenes. E incluso, el líder opositor llegó a tuitear una captura de pantalla de Twitter en la que se mostraba un mensaje que pedía a los padres no dejar que sus hijos fueran a las protestas de este domingo por «posibles redadas». El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, había advertido que las marchas no autorizadas tendrían «consecuencias».

Las manifestaciones en todo el país, que discurrieron bajo el lema Huelga de votantes, ya se habían celebrado en las ciudades más orientales de Rusia, entre ellas Yakutsk, Jabárovsk, Irkutsk y Kémerov

Una democracia en la que nunca hay respiro para las voces críticas

m. b.

Tal vez un análisis pormenorizado de los hechos con algo de perspectiva conduzca a una conclusión inapelable: en Rusia no hay respiro para la oposición. Siempre existe una excusa, una causa, cualquier motivo que neutraliza e invalida cualquier acción política que se mueva en la disidencia a Putin. Esto lleva a muchos analistas internacionales a sostener que, en realidad, Rusia es un simulacro de democracia. Se convocan periódicamente elecciones, pero fallan otros elementos indisociables de cualquier sistema democrático. La división de poderes existe, pero solo en apariencia. De hecho, el legislativo y el judicial están supeditados directamente al presidente en un país donde el poder ejecutivo moldea a su antojo una constitución que, según el contenido de sus artículos, es democrática. Otra cosa es la interpretación que se haga de sus preceptos, a menudo retorcida y torticera.

De forma mucho más sibilina y menos tosca, Putin hace lo mismo que Maduro: atornillar toda la maquinaria del poder con un objetivo: perpetuarse en la silla. Ya es demasiada casualidad que el infortunio y las malas prácticas persigan, sin ninguna excepción, a todas y cada una de las personas que osan cuestionar el poder de Putin. Llegó al poder en 1999, nombrado directamente por Yeltsin, y no solo sigue ahí sino que, si nadie lo remedia, estará hasta el 2024. Los candidatos de fuerzas extraparlamentarias, para ser admitidos a unas elecciones, según establece la normativa, necesitan recoger cada uno 300.000 firmas de apoyo.

o. Según la web opositora OVD-Info, especializada en hacer seguimiento de las persecuciones políticas que se producen en Rusia, cerca de 90 personas han sido detenidas.