Turquía lanza su ofensiva contra los kurdos de Siria

mikel ayestarán JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

HASAN KIRMIZITAS | EFE

Castiga con fuego de artillería la ciudad de Afrin y moviliza a sus aliados sirios sobre el terreno

20 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Turquía abrió un nuevo frente en la guerra de Siria y comenzó el «bombardeo transfronterizo» de Afrín, enclave kurdo del noroeste del país vecino, anunció ayer el ministro de Defensa, Nurettin Canikli. La operación anunciada hace días por Erdogan arrancó «sin cruce de frontera» por parte de las tropas turcas, matizó Canikli, quien adelantó que el objetivo final es que «todas las redes y elementos terroristas en el norte de Siria sean eliminados». En esta primera fase parece que Turquía optará por apoyar a milicianos del Ejército Sirio Libre (ESL). Los diarios turcos informaron del cruce de 20 autobuses con combatientes de este grupo opositor apoyado por las autoridades de Ankara a una zona próxima a Afrín.

El ataque de Erdogan está dirigido de manera directa contra las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en inglés), el brazo sirio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que desde el estallido de la guerra en Siria se han convertido en el gran aliado de EE.UU. contra el Estado Islámico (EI) y que, sin combatir directamente al Gobierno de Damasco, han conseguido un grado de autonomía para los kurdos impensable antes de 2011. Este fortalecimiento de las YPG y su intento de unir los tres cantones que componen el Kurdistán de Siria preocupan a las autoridades de Ankara, que consideran al mejor aliado de EE UU. un «grupo terrorista».

Los mandos militares kurdos informaron del impacto de al menos setenta proyectiles en Afrín y su portavoz, Rojhat Roj, declaró a la agencia Reuters que se trata del «mayor bombardeo realizado por Turquía» hasta el momento y que ha causado «daños materiales». El malestar turco se disparó a comienzos de semana tras el anuncio por parte de Washington de un plan para formar una fuerza fronteriza que se encargara de evitar del regreso del EI a la zona. Washington anunció su intención de crear un cuerpo de unos 30.000 hombres en el que los kurdos serían su columna vertebral. Erdogan respondió de forma inmediata diciendo que atacaría a esta fuerza antes de que pudiera desplegarse.

Tras el inicio de las hostilidades en Afrín, el secretario de Estado, Rex Tillerson, quiso rectificar las palabras sobre el plan estadounidense y aseguró que habían sido «tergiversadas». El responsable de Exteriores negó cualquier proyecto de crear un cuerpo de este tipo en la frontera en un intento por calmar los ánimo de Erdogan, que es su aliado en la OTAN. Se trata del enésimo cambio de estrategia de EE.UU. en Siria, donde desde el comienzo de la guerra ha ido variando sus planes con el paso de los meses sin tener nunca una estrategia concreta. Los kurdos temen que, una vez derrotado el EI, los estadounidenses se olviden de ellos y dejen de apoyarles.

Además de Turquía, Rusia e Irán, principales aliados de Al Asad, también se posicionaron en contra de los planes de EE.UU. La agencia oficial turca Anadolu aseguró que los 170 soldados rusos estacionados en la localidad de Kefer Cenne, en Afrín, se replegaron unos 17 kilómetros hacia el sur antes del inicio del bombardeo transfronterizo. Un repliegue que negó a última hora de la tarde el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov.