Macron busca ganarse a Xi para afianzarse como líder europeo

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

LUDOVIC MARIN | AFP

El presidente francés llegó a China dispuesto a participar en la Ruta de la Seda y a aliarse con Pekín contra el cambio climático

09 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Veni, vidi, vici. Así se puede resumir la llegada de Emmanuel Macron a China ayer, en la que es la primera visita oficial de un mandatario europeo al país del sol naciente desde que Xi Jinping renovara su cargo al frente del Partido Comunista por cinco años más. Para no dar puntada sin hilo en lo que a sus intenciones en China se refiere, su primera parada fue Xián, la antigua capital y punto de partida de la Ruta de la Seda original. Allí respaldó el faraónico proyecto del mandatario chino que pretende conectar Asia y Europa por tierra, mar y aire. Aprovechó así el momento de confusión que vive Washington y que la incertidumbre sobrevuela Londres y Berlín para convertirse en el interlocutor europeo con China en términos de relaciones comerciales que, eso sí, dejó claro el líder del Elíseo, han de ser bilaterales. «No pueden ser las rutas de una nueva hegemonía que conviertan en vasallos a los países que atraviesan», sentenció dejando patente que solo acepta una reciprocidad en la apertura de mercados entre la UE y Pekín.

Una de cal y otra de arena para su homólogo chino en sus primeras 24 horas en China. Si bien afirmó que los destinos de Francia y China «están unidos», el dirigente quiso hacer un guiño a la coherencia, después de haber mantenido una política de prudencia durante meses respecto a su adhesión a la Ruta de la Seda para no desencantar a esos franceses que creen que este no es más que un proyecto expansionista de la que es la segunda potencia del mundo. 

Conversación con Trump

Macron llegó al aeropuerto de Pekín acompañado de su mujer Brigitte, a donde el matrimonio regresó a última hora de la tarde de ayer para tratar otros asuntos de su agenda diplomática. De algunos de estos temas habló Macron vía telefónica el pasado sábado con Donald Trump. Con su homólogo estadounidense trató la crisis de las dos Coreas e Irán. Sin embargo, pasó por alto en su conversación la guerra por el cambio climático que tratará estos días con Xi, al que anunció que propondría «relanzar la batalla climática».

Sin la decisión de China de permanecer en el pacto, «el Acuerdo de París no habría sobrevivido» a la decisión estadounidense, subrayó señalando que China sigue siendo el primer país emisor de gases de efecto invernadero.

Durante la jornada de hoy se decidirán parte de los numerosos compromisos comerciales que han traído a Macron hasta el país asiático. Entre ellos, la venta de aviones Airbus. Sin embargo, se espera mucho más de su estancia en China: las compañías francesas claman por un mejor acceso al mercado del país del sol naciente como forma de reducir el déficit comercial de más de 30.000 millones de euros de Francia con China.

Coincidiendo con el encuentro de las dos Coreas hoy después de dos años, Macron comentó que espera «mucho de la presión insoslayable que China puede ejercer sobre Corea del Norte para animarla a un cambio de política».

Por su parte, organizaciones no gubernamentales también están expectantes por lo que darán de sí estos tres días de reuniones. Así, Human Rights Watch instó al presidente a que «cumpla su promesa» y exija mejoras en la situación de derechos humanos. «Si Macron se toma en serio la promoción de la libertad y la democracia en todo el mundo, debería llegar con una larga lista para el presidente Xi y otros líderes chinos», comentaron desde esta entidad.