La guerra entre Trump y Bannon provoca el caos en la Casa Blanca

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Carlos Barria | reuters

Intentan frenar la publicación de un libro demoledor con el dirigente republicano

05 ene 2018 . Actualizado a las 07:48 h.

La Casa Blanca sigue en pie de guerra. Las demoledoras revelaciones del libro Fire and Fury: Inside Trump White House, que muestran una Casa Blanca sumergida en un caos permanente y en guerras internas sin cuartel por un espacio de poder, han puesto a la Administración Trump al borde del precipicio. La indignación en la familia presidencial es tal que intentan frenar la distribución del explosivo libro, cuya publicación, a pesar de las presiones, se ha adelantado y está prevista para hoy mismo. Además, los abogados del presidente han amenazado con demandar a Steve Bannon por haber violado el acuerdo de confidencialidad que firmó cuando se convirtió en jefe de campaña.

La acción legal se produce después de que se publicaran extractos de la obra del periodista Michael Wolff, donde Bannon calificó de «traición» la reunión que el hijo de Trump, Donald Jr., mantuvo con una abogada rusa cercana al Kremlin en plena campaña electoral, en busca de documentos que perjudicasen en las elecciones a Hillary Clinton. «Ha cambiado de actitud», dijo ayer el presidente con tono altivo, después de que Bannon diese un paso atrás y hablase del republicano como «un buen hombre».

El acalorado conflicto comienza a tener sus consecuencias. La Casa Blanca prohibió el uso de teléfonos móviles personales en el ala oeste para evitar filtraciones. En Capitol Hill, figuras de peso alertaron de cómo la guerra abierta podría dificultar la aprobación de la agenda legislativa. «La Casa Blanca necesita calmarse y detener el caos», pidió el gobernador de Ohio, John Kasich, quien siempre pensó que el magnate no entiende la responsabilidad que supone ser presidente de EE.UU. Según el libro, Kasich no está desencaminado ya que presenta a un Trump infantil que se pasa las noches comiendo hamburguesas del McDonald’s, viendo la televisión y hablando por teléfono con sus amigos.

Su salud mental, a examen

El debate sobre la capacidad del republicano para ejercer el cargo ha cobrado relevancia en las últimas semanas, especialmente después de la lucha de egos en Twitter con el líder norcoreano, Kim Jong-un. Los pasados días 5 y 6 de diciembre una docena de congresistas se reunieron en privado con la conocida psiquiatra de la Universidad de Yale Bandy X. Lee con el propósito de dilucidar si el neoyorquino está capacitado mentalmente para continuar en el despacho oval. En este sentido, Lee cree que la necesidad del presidente de expresarse constantemente y sin filtros «es una indicación de que se está viniendo abajo debido al estrés». «Trump va a ponerse peor y se volverá incontenible debido a la presión de la presidencia», reveló Lee a la web Político. La reputada psiquiatra ha participado en El peligroso caso de Donald Trump un libro en el que 27 expertos en salud mental de Harvard y Columbia analizan el comportamiento del magnate.

El presidente cierra la comisión que debía investigar su bulo sobre el fraude electoral

El presidente Donald Trump decidió poner punto y final a la comisión que debía investigar el supuesto fraude electoral, en las elecciones del 2016 que el mismo difundió, pero sin dar marcha atrás en sus acusaciones infundadas sobre las irregularidades masivas en las urnas.

Haciendo frente a la oposición del país y ante una batalla difícil para demostrar algo que casi todos los expertos están de acuerdo en que no sucedió, Trump decidió abandonar su polémica comisión de investigación. Pero no pareció abandonar por completo su reclamación de que entre tres y cinco millones de personas votaron ilegalmente en las elecciones presidenciales.

«A pesar de la evidencia sustancial de fraude electoral, muchos estados se han negado a proporcionar información básica relevante para la investigación de la Comisión Asesora Presidencial», dijo Trump en una declaración. «En lugar de participar en interminables batallas legales a costa de los contribuyentes, hoy [por miércoles] he firmado una orden ejecutiva para disolver la Comisión, y he pedido al Departamento de Seguridad Nacional que revisara estos asuntos para determinar las próximas acciones», precisó.

Trump ganó las elecciones porque obtuvo la victoria en más colegios electorales estatales, pero perdió el voto popular por cerca de tres millones sufragios.

El magnate no quería ser presidente, pero su hija Ivanka sí

Michael Reynolds | efe

Donald Trump quedó «aturdido» por su triunfo porque ni se lo esperaba ni era su objetivo, no disfrutó de su toma de posesión y la Casa Blanca le da pavor. Melania se ahogó en lágrimas de pena en la noche electoral. Al contrario, Ivanka sueña con ser presidenta algún día. Estas son algunas de las revelaciones del periodista Michael Wolff en su libro Fire and Fury: Inside Trump White House, resultado de más de 200 entrevistas con el presidente y su entorno. Según The Washington Post, durante los primeros meses de presidencia no era difícil ver a Wolff paseando por el ala oeste o en la oficina de Bannon.

Solo para potenciar su marca. El libro desvela que el objetivo de Trump no era ganar a Hillary Clinton sino potenciar su marca personal, que sería lucrativa para sus negocios. «Puedo ser el hombre más famoso del mundo», le dijo a su asesor Sam Nunberg al comienzo de la contienda electoral, según el libro. Los detalles desvelados de la noche electoral parecen más propios de un funeral que de una celebración. «Don Jr. le dijo a un amigo que su padre tenía una cara como si hubiera visto un fantasma». «En el espacio de una hora, según la divertida observación de Steve Bannon, un confuso Trump se transformó en un incrédulo Trump y después en un horrorizado Trump», relata Wolff. «Parecía como si hubiera visto un fantasma», dijo Don Jr. Mientras, Melania «lloraba, y no de alegría», porque su marido le había garantizado que no ganaría.

La secreta ambición de Ivanka. Otra de las bombas que contiene el libro es la secreta aspiración de Ivanka de ser la primera mujer presidenta de EE.UU. Según cuenta Wolf, Ivanka y su marido, Jared Kushner, acordaron unirse a la Administración con la esperanza de que algún día esto les ayudaría a llegar a la Presidencia. «Hicieron un trato entre ellos: si en el futuro surgía la oportunidad, ella sería la que se postularía para presidente». Bannon, quien acuñó el término Jarvanka para la pareja, se horrorizó cuando le informaron del trato.

Enfado en la investidura. Trump no disfrutó de su toma de posesión. «Estaba enfadado porque los famosos decidieron no acudir, incómodo en la Blair House [la residencia oficial de donde salen los nuevos presidentes] y peleado con su esposa, quien parecía estar al borde de las lágrimas», revela Wolff. Algo que la oficina de la primera dama desmintió ayer.

Miedo a la Casa Blanca. Acostumbrarse a la Casa Blanca (a la que Bill Clinton definió como la «joya de la corona del sistema penitenciario») fue todo un shock para un hombre habituado a vivir de acuerdo a sus reglas y caprichos. «Donald Trump encontró que la Casa Blanca era irritante e incluso un poco aterradora», escribe Wolf. Para hacerla un poco más suya, ordenó instalar en su habitación -tiene una propia y separada de la de Melania- dos televisores más de los que había y poner un cerrojo para la puerta, lo que provocó un enfrentamiento con el Servicio Secreto, ya que los agentes siempre deben de tener acceso a los aposentos del presidente. Además está la prohibición de que nadie toque sus pertenencias (abroncó al servicio por recoger sus camisas del suelo), especialmente su cepillo de dientes por temor a ser envenenado.