La traición de Donald Trump Jr que ha puesto patas arriba la Casa Blanca

La Voz / Agencias

INTERNACIONAL

CARLOS BARRIA | reuters

Las revelaciones de Bannon -hace un año mano derecha de Trump- activa los resortes del presidente: «Cuando fue despedido, no solo perdió el trabajo, también perdió la cabeza»

03 ene 2018 . Actualizado a las 20:52 h.

A mediados de agosto, Steve Bannon, uno de los asesores más radicales de Donald Trump, abandonó la Casa Blanca. Su salida, que el presidente calificó de despido y el entorno de su estratega jefe de decisión voluntaria, se produjo después de unas polémicas declaraciones del populista de extrema derecha a la web liberal American Prospect en las que no solo criticaba a varios de sus colegas del ala oeste, sino que desafiaba al propio Trump, insultando sorprendentemente a los mismos supremacistas blancos que horas antes el mandatario había defendido en plena polémica por los ataques racistas de Charlottesville. El caso es que el republicano se deshizo de Bannon y ahora él, en plena revancha, ha puesto patas arriba la Casa Blanca con unas controvertidas revelaciones sobre Trump Jr y su relación con los rusos.

Las palabras del exasesor, recogidas en el libro Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca de Trump -compendio de entrevistas a diversos funcionarios- ha sacado de sus casillas al presidente, tanto que ambos se han sumido en un peligroso cruce de acusaciones que promete airear los trapos más sucios de su relación y de las cloacas del poder estadounidense. Pero ¿qué fue lo que dijo Bannon para enfurecer de nuevo y de tal forma al neoyorkino? Tachar de «traidora» y «poco patriota» la reunión del hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr; su yerno, Jared Kushner; el entonces presidente de la campaña, Paul Manafort, y la abogada rusa Natalia Veselnitskaya en junio del 2016.

El encuentro, celebrado en la Torre Trump de Nueva York, convocado después de que la abogada rusa ofreciese información comprometedora sobre la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, es uno de los temas estrella de volumen firmado por Michael Wolff al que The Guardian ha tenido acceso. Asegura el diario británico que el ex jefe de Gabinete fue particularmente mordaz sobre la reunión, que reveló que un intermediario les había prometido unos documentos que podían incriminar a Clinton y que, en lugar de alertar al Buró Federal de Investigación (FBI) sobre un posible asalto a la democracia de EE.UU. por una potencia extranjera, Trump Jr respondió en un correo: «Me encanta».

«Los tres tíos importantes en la campaña pensaron que era una buena idea reunirse con un Gobierno extranjero en la Torre Trump en la sala de conferencias del piso 25, sin abogados. No tenían ningún abogado», comentó, al parecer, Bannon a Woff. «Incluso si piensas que esto no es traición, o poco patriótico, o algo turbio, y yo creo que era todas esas cosas, deberías haber llamado al FBI inmediatamente», añadió. Continuó Bannon diciendo -todo según el autor del libro- que si una reunión así iba a celebrarse, debió haberse hecho en un hotel Holiday Inn de Manchester, en New Hampshire, con abogados.

Trump, que siempre ha negado cualquier relación con el Gobierno ruso y ha puesto en cuestión las investigaciones que se han abierto para esclarecer cualquier sospecha -pesquisas que, según Bannon, terminarán centrándose en posibles casos de blanqueo de capitales-, no ha tardado en reaccionar a las palabras de su otrora asesor, acusándolo de «perder la cabeza» tras su cese y de filtrar información interesada a los medios para hacer ver que tuvo una influencia de la que, según el mandatario, nunca llegó a gozar.

«Steve Bannon no tiene nada que ver conmigo o con mi Presidencia. Cuando fue despedido, no solo perdió el trabajo, también perdió la cabeza», ha esgrimido Trump en un duro comunicado en el que se atribuye los méritos de su «histórica victoria» y resta importancia a la labor de su antiguo responsable de campaña. «Ahora que está por su cuenta», se está percatando de que «ganar no es tan fácil como podía parecer».

Ha descartado Trump cualquier vinculación política con Bannon -«no representa a mi base, solo a sí mismo-, asegurando que «pocas veces» mantuvo con él encuentros privados. «Solo intenta hacer ver que tuvo influencia para engañar a unas pocas personas sin acceso y sin ideas» a las que ayuda a escribir «libros fraudulentos».