Las familias de los tripulantes del submarino San Juan: «Son unos desgraciados perversos que nos tuvieron una semana con engaños»

Paula Sabajanes BUENOS AIRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EITAN ABRAMOVICH | Afp

La Armada confirma una explosión en el submarino desaparecido y los familiares de la tripulación estallan de indignación: «¿Saben qué nos dijeron? Que tiremos flores al mar»

25 nov 2017 . Actualizado a las 20:33 h.

La Armada argentina confirmó este jueves los peores pronósticos. El submarino San Juan habría sufrido una explosión el miércoles 15 a las 10.31 horas frente al golfo San Jorge, a 430 kilómetros de la costa argentina, en el borde de la plataforma submarina y la zona económica exclusiva, unas tres horas después de reportar un accidente en el sistema eléctrico durante el último contacto con la nave, hace nueve días. A pesar de no dar por válida ninguna teoría hasta tenerla plenamente comprobada, pedir prudencia de nuevo y anunciar que la búsqueda de la nave con sus 44 tripulantes se mantiene hasta dar con ellos, la Armada no pudo contener este jueves la reacción indignada de los familiares de los militares. «Creo que son unos desgraciados perversos que nos tuvieron una semana acá con engaños», clamaba Itatí Leguizamón, esposa de Germán Suárez, uno de los desaparecidos.

El portavoz oficial, Enrique Balbi, compareció una hora más tarde de lo previsto y en medio de una gran expectación para explicar el informe de un «evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión» enviado este mismo jueves por el embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, miembro de la Organización de Control de Pruebas Nucleares que cuenta con una red de 170 estaciones sísmicas hidroacústicas que verifican la realización de pruebas nucleares. La información brindada por el diplomático venía a corroborar los datos del cable remitido el miércoles por la noche por EE.UU. que describía una «anomalía hidroacústica» en la trayectoria esperable del submarino San Juan solo unas pocas horas después de su última llamada.

Argentina rumió toda la noche este término técnico intentando dilucidar qué presagiaba. Mientras medios británicos adelantaban maniobras en la zona de búsqueda por la detección de un objeto en un punto del frente marítimo patagónico, los expertos ajustaban en las pantallas del país austral la cautela para no perder las últimas horas de esperanza posible. Sin embargo, la confirmación de la explosión hizo mella en el temple de las familias, que reaccionaron con indignación tan pronto recibieron la noticia en la base naval de Mar del Plata. Gritos, llantos y cuestionamientos. La práctica confirmación de que ya no había opción de vida para los tripulantes del submarino San Juan desbordó la angustia de las 44 familias contenida durante 8 días.

«Me acaban de decir que explotó el submarino en el que estaba mi marido de 35 años. No se cómo voy a decirle a mi hijo que no lo va a ver más. Vine a buscar contención psicológica y me voy con un vaso de agua y una pastilla», declaró en llanto vivo la esposa de Fernando Santilli, cabo principal electricista del submarino San Juan. «No estoy enojada con Dios pero estoy muy dolida. No sé como sigue esto, pero cada día que pasa es peor», aseguró Yesica Gopar y realizó el desgarrador pedido: «No nos dejen solos». Las quejas por la falta de información y la desconfianza por las tareas de rescate se mezclaron con los mensajes de agradecimiento por la solidaridad del pueblo argentino y la solidaridad internacional.

Una mano sostiene un rosario. Sus dedos acarician con movimientos repetitivos las cuentas para implorar piedad. Madres, esposas, hijos se preguntan ahora si van a poder recuperar los restos de sus seres queridos. «¿Saben que nos dijeron? Que tiremos flores al mar», denuncia una de las personas que salen de la base naval. Itatí Leguizamón, esposa de un tripulante, fue una de las primeras en salir a reclamar más información y hacer público su descontento con la forma en que se gestionó la crisis. «Ahí adentro están rompiendo todo. La gente no dejó que terminen de dar el informe. Creen que somos tontos. Hace 15 años que la Armada está abandonada. En 2014 inauguraron un submarino pintado», denunció esta joven abogada en su desesperación.