Los países del Pacífico siguen adelante sin EE.UU. con su tratado de comercio

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El presidente de Vietnam Tran Dai Quang y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau
El presidente de Vietnam Tran Dai Quang y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau JORGE SILVA | reuters

Entre ellos se encuentran Canadá, Japón, Australia, México, Malasia y Singapur

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El proteccionismo que promueve el presidente de EE.UU., Donald Trump, tiene consecuencias. El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) salió ayer del coma al que lo condujo la Casa Blanca con su bilateralidad. Tras días de debates, once naciones que representan el 13,5 % del PIB mundial alcanzaron un acuerdo para relanzar este tratado que se encontraba malherido desde que el magnate anunció su retirada a golpe de orden ejecutiva tan solo tres días después de haber jurado como presidente. «Lo que acabamos de hacer es algo muy bueno para el trabajador estadounidense», dijo entonces, ya sentado en el despacho oval y mientras comenzaba a desmantelar el legado de Obama.

Casi diez meses después, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam decidieron relanzar el acuerdo de libre comercio «más importante de los últimos 20 años, exceptuando los de la Unión Europea» y con el que se pretende profundizar en la liberalización de servicios e inversiones.

Conocido primero como TPP y luego como TPP-11 (cuando EE.UU. se retira), el nuevo tratado se llamará Acuerdo Transpacífico Exhaustivo y Progresista (CPTPP, por sus siglas en inglés) y supone un importante avance para los países supervivientes. «Estamos satisfechos, pero hay que hacer más», dijo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, uno de los que más exigencias han puesto en una mesa de negociaciones que todavía tiene mucho que hablar en materia de fabricación de automóviles, cultura, protección del medio ambiente o estándares laborales.

Las conversaciones se llevaron a cabo en la ciudad vietnamita de Danang, donde Trump aprovechó para reiterar: «No volveremos a entrar en grandes acuerdos que nos atan de manos». El neoyorquino dijo preferir los tratados bilaterales que «respeten el comercio justo y recíproco» en una clara alusión a su retórica incendiaria de campaña que denunciaba el abuso al que el mundo sometía a EE.UU, en cuanto a comercio exterior se refiere. Acuerdos de este tipo son fundamentales para territorios como México, que en estos momentos está intentando diversificar su comercio y así evitar la dependencia existente con EE.UU.

Trump se rinde a la versión de Putin y niega la interferencia de Rusia en las elecciones

Supone un nuevo desplante al trabajo de investigación acometido por las agencias de inteligencia y el FBI

Donald Trump volvió a reavivar la tormenta sobre la intromisión electoral rusa en EE.UU. tras rendirse públicamente a los encantos del presidente Vladimir Putin. «Él me dijo que no se metió. Me volvió a decir que no se inmiscuyó en nuestra elección. No hizo lo que dicen que hizo», confesó el magnate a bordo del Air Force One, con rumbo a Hanói, en plena gira asiática.

Tras días de especulaciones, el inquilino de la Casa Blanca y el jefe del Kremlin mantuvieron una charla informal en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Danang. El avispero de Siria y la supuesta injerencia del Kremlin en la pasada campaña electoral monopolizaron la conversación entre los dirigentes. La versión de Putin al respecto es muy sencilla: las acusaciones que se han dirigido contra él son fantasías; el caso no es sino un ejemplo de la lucha política interna en EE.UU.

La credulidad mostrada por el neoyorquino ante este relato supone una nueva bofetada a los servicios de inteligencia de EE.UU., que no solo determinaron que se produjo el robo de miles de correos electrónicos del Partido Demócrata por parte de hackers rusos sino que, junto con el FBI, concluyeron que hubo un interés de Moscú durante la campaña para perjudicar a Hillary Clinton y beneficiar al entonces candidato republicano.

Las investigaciones

Pero la versión dada por Putin no le servirá de mucho a Trump porque, mientras ellos insisten en negar cualquier tipo de vinculación, las investigaciones se empeñan en demostrar lo contrario. El fiscal especial de la trama, Robert Mueller, avanza a tal velocidad en las pesquisas que en Washington esperan con inquietud las nuevas imputaciones. En las quinielas, el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn ocupa el primer puesto después de conocerse que Mueller tiene ya material suficiente para procesarlo. El hecho de que todavía no lo haya hecho se debe a una cuestión estratégica en la que el fiscal sigue profundizando.

Según reveló el viernes The Wall Street Journal, Flynn y su hijo recibieron un ofrecimiento de hasta 15 millones de dólares para expulsar por la fuerza de EE.UU. a Fethullah Gülen, el clérigo musulmán a quien el presidente turco, Tayyip Erdogan, acusa de estar detrás del golpe militar fallido para derrocarlo. De acuerdo con el rotativo, el FBI interrogó al menos a cuatro personas sobre una reunión mantenida hace casi un año en el Club 21 de Nueva York y en la que supuestamente participaron los Flynn.

Los interrogatorios no solo complican el futuro judicial del exasesor. También sacuden el futuro político del propio Ejecutivo tras haber sido interrogado el asesor de política y mano derecha del presidente, Stephen Miller. De esta manera, la Casa Blanca se adentra de lleno en las pesquisas teniendo en cuenta que Miller es el asistente de más alto nivel activo en la avenida Pensilvania entrevistado por Mueller.

En dicho encuentro uno de los puntos de mayor interés para el fiscal fue el despido del exdirector del FBI James Comey un capítulo por el cual el Comité de Inteligencia del Senado volverá a preguntar al fiscal general, Jeff Sessions, el martes. Las investigaciones que en paralelo dirige el Congreso han acogido jugosos testimonios que alimentan las portadas más sensacionalistas.

Ha sido el caso del ofrecido por el antiguo guardaespaldas de Trump, Keith Schiller, quien confesó que después de una reunión de negocios sobre el concurso Miss Universo en 2013 un ruso ofreció enviar cinco mujeres a la habitación del hotel del magnate en Moscú. «No hacemos ese tipo de cosas», contestó entonces Schiller. Su confesión se produjo después de desmentir la información ofrecida en el dosier escrito por un viejo espía de la inteligencia británica.