Los periodistas del ICIJ no revelaron cómo accedieron a esta información.
La compañía de servicios offshore Appleby, con sede en Bermudas, admitió hace unos días que era posible que el ICIJ hubiera obtenidos material de forma ilegal. La empresa asegura que sus prácticas son legales y que se maneja dentro de los márgenes de la ley.
Además, considera que no hay indicios de que haya habido comportamientos incorrectos de parte de la compañía ni de sus clientes. Appleby no habla de una filtración, sino de un ciberataque ilegal.