Temer sigue desde el hospital la sesión del Senado sobre otro cargo de corrupción

Miguel Piñeiro Rodríguez
MIGUEL PIÑEIRO BRASILIA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Joédson Alves | Efe

El presidente de Brasil tuvo que ingresar por una obstrucción urológica, mientras en la cámara, los diputados volvieron a liberarle de enfrentar un juicio por corrupción

26 oct 2017 . Actualizado a las 07:31 h.

Michel Temer pasó una noche del martes y un día de miércoles realmente estresantes. El presidente de Brasil llevó en persona todas las maniobras para intentar sortear en la Cámara de Diputados la segunda denuncia en su contra por corrupción. Cena multitudinaria con diputados; desde primera hora llamadas para amarrar los votos que frenasen el proceso hacia el Tribunal Supremo, donde podría ser apartado del cargo; y por la tarde, en plena tensión por la falta de control en la Cámara, con la oposición saboteando la votación y sus aliados queriendo exprimirle en contrapartidas económicas, Temer tuvo que ingresar en un hospital de Brasilia por una obstrucción urológica.

No existe mucho pudor en la crónica política brasileña: ni para reconocer abiertamente que algunos aliados piden dinero a cambio de volver a votar a favor de la inocencia del presidente Temer (la prensa cifra en 9.000 millones de euros el dinero liberado entre la primera y la segunda denuncia), ni para hablar de los problemas de próstata y para orinar del mandatario. La salud de Temer (77 años y problemas coronarios en su expediente) acabó ocultando lo que acontecía en la Cámara, donde no se alcanzó el cuórum necesario de 342 parlamentarios hasta 9 horas después de abrir la sesión.

El veterano diputado del PSDB Bonifacio de Andrada defendió la inocencia de Temer de integrar, junto a otros dos ministros de su Gobierno (Eliseu Padilha y Moreira Franco) y a cuatro distinguidos miembros de su partido (ya en la cárcel) una asociación criminal que desvió más de un centenar de millones de euros a las arcas del partido. La denuncia también acusa a Temer de obstruir a la justicia al intentar comprar el silencio de un delator y de un compinche. De Andrada adujo lo insustancial de la denuncia y lo vacío de su contenido con la convicción de un experto orador de 87 años que, casualmente, vio cómo una fundación fundada con su nombre en Minas Gerais recibía 3,5 millones de euros de ayuda pública en los últimos meses.

La sesión en la Cámara evidenció los crecientes problemas del presidente para amarrar sus apoyos, algo con lo que no contaba tras saldar la primera denuncia con 273 votos favorables. La oposición logró apenas su objetivo de retrasar lo máximo posible la votación para que ocurriese en horario de mayor audiencia. Temer sí tendrá que enfrentar las dos denuncias una vez que su mandato termine, en el 2018.