Islandia acude a las urnas por segunda vez en un año

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

HALLDOR KOLBEINS | Afp

Su actual Ejecutivo, liderado por el conservador euroescéptico Bjarni Benediktsson, se derrumbó el pasado septiembre después de que los socioliberales le retirasen su apoyo

26 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los islandeses vuelven a las urnas solo un año después de haber elegido primer ministro. Lo harán este sábado con el recuerdo fresco en la memoria de la cascada de escándalos políticos que han azotado a la pequeña isla en los últimos meses. Su actual Ejecutivo, liderado por el conservador euroescéptico Bjarni Benediktsson, miembro de una de las familias más poderosas de Islandia, se derrumbó el pasado septiembre después de que los socioliberales le retirasen su apoyo.

La razón por la que la coalición duró tan poco no fue otra que haber ocultado una carta de recomendación escrita por su padre para «restaurar el honor» de su amigo Hjalti Sigurjón Hauksson, condenado en el 2004 por violar de forma continuada a su hijastra menor de edad durante siete años. La maniobra se ejecutó para tratar de restablecerle algunos derechos civiles suspendidos, como ejercer la abogacía, dada la gravedad del delito.

No es la única borrasca en que está envuelto. Al hasta ahora primer ministro también se le acusa de haber utilizado información privilegiada para vender activos por valor de 1.3 millones de euros antes de que el fondo de inversiones del banco Glitnir fuera intervenido tras quebrar en el 2008. El escándalo le pasa factura al Partido de la Independencia, cuyos resortes internos maneja, pero no consigue hundirlo en los sondeos donde parte favorito con el 22.9% de los votos, seguido de la izquierda verde (19.9%), los socialdemócratas (13.5%) y el Partido Pirata (9.3%).

El terremoto político se produce cuando los islandeses apenas habían conseguido superar el escándalo de corrupción del anterior Ejecutivo dirigido por Sigmundur Gunnlaugsson. El centrista tuvo que abandonar el cargo después de verse salpicado por su aparición, y la de su mujer, en los papeles de Panamá. Las revelaciones periodísticas sacaron a la luz que estaba en posesión de una fortuna de 4 millones de dólares escondida en las Islas Vírgenes.

La información volvió a sacudir los cimientos del Estado que ya se pusieron a prueba durante la crisis financiera del 2008, cuando la isla tuvo que ser rescatada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras haber quedado atrapada en una burbuja especulativa. Su Gobierno decidió nacionalizar la banca, que tenía en activos hasta siete veces el volumen de PIB del país, y los ciudadanos decidieron en referendo no hacerse cargo de la deuda contraída por sus bancos en el extranjero, algo impensable en una eurozona gobernada por la batuta alemana. Esa es una de las razones que explican por qué el 60% de la población sigue sin querer formar parte de la UE. Reikiavik quiere mantener un margen de maniobra mas grande en política económica, fiscal y monetaria.