El bipartidismo alemán vuelve a medir fuerzas en Baja Sajonia

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

OLIVIER HOSLET | efe

Los ultras aspiran a entrar en la decimocuarta Cámara regional

15 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Baja Sajonia, situada en el noroeste de Alemania, es famosa por sus ferias internacionales y por haber visto nacer a políticos de la talla de Gerhard Schröder o Frank-Walter Steinmeier. Allí 6,1 millones de personas acuden a las urnas este domingo, después de que la deserción de una diputada ecologista hiciera perder la mayoría a la alianza de socialdemócratas y verdes provocando el adelanto de los comicios regionales. La cuarta y última cita electoral del año suscita gran expectación, dado que se celebra solo tres semanas después de las generales y se perfila como la prueba definitiva para los dos grandes partidos.

Angela Merkel, que el 24 de septiembre salió reelegida con su segundo peor resultado hasta la fecha y afronta su legislatura más complicada, lo sabe. Por eso, ha dejado aparcada un tiempo la formación del nuevo Gobierno con los liberales del FDP y Los Verdes, para apoyar a su candidato en Baja Sajonia. Con una victoria del conservador Bernd Althusmann, la canciller, más debilitada que nunca, enviaría una señal a sus futuros socios de cara al inicio la próxima semana de las negociaciones, que por las fuertes diferencias programáticas entre ellos, podrían prolongarse hasta principios del 2018.

La llamada «Jamaica», por los colores de las formaciones que la integran, es inédita a nivel federal y la única opción que le queda a la líder de la CDU/CSU, después de que el SPD renunciara a seguir desgastándose en una gran coalición tras el histórico varapalo que sufrió en las generales. Para los socialdemócratas de Martin Schulz, Baja Sajonia supone la última posibilidad de revertir un annus horribilis en el que han perdido tres elecciones, incluidas las de su bastión, Renania del Norte-Westfalia. Es más, muchos se preguntan ya si una cuarta derrota le costará el cargo al expresidente del Parlamento Europeo.

Aún hay esperanza para el candidato socialista Stephan Weil, actual jefe del land, que ha recuperado terreno y, con el 34,5% en los sondeos, se sitúa un punto y medio por delante de su rival, Althusmann. Cualquiera de ellos necesitará buscar uno o varios aliados. Por lo que al igual que en las generales, el tercer puesto, que se disputan ecologistas y liberales con el 9%, es decisivo. También se la juegan los poscomunistas de La Izquierda, quienes tendrán que luchar por conseguir el 5% mínimo para entrar a la Cámara regional, después de haberse quedado fuera en el 2013.

Un problema que no tendrá la ultraderecha, que tras desembarcar por primera vez en el Parlamento federal el pasado septiembre de la mano de AfD, la tercera fuerza más votada con el 12,6 % de los sufragios, amenaza con conquistar este domingo su decimocuarto hemiciclo, de los 16 que tiene el país. Eso sí, en esta ocasión, las encuestas conceden el 7% de intención de voto a la formación xenófoba, sumergida en luchas intestinas. Probablemente porque su presidente regional es investigado por malversación de fondos, y porque su tema capital, los refugiados, se ha visto desplazado por la política educativa y medioambiental en la campaña de Baja Sajonia, donde se encuentra, y no es un detalle menor, la sede del gigante del automóvil Volkswagen.