Hasta que se produjo la acusación de la Fiscalía, el ex primer ministro luso ha tenido que someterse a más de 1.050 días de calvario, tras varias prórrogas en la investigación por falta de pruebas consistentes para avanzar con la acusación, desde que fue detenido en el aeropuerto de Lisboa el 21 de noviembre de 2014, ingresado diez meses en prisión preventiva y después liberado. Los abogados de Sócrates, João Araujo y Pedro Delille, reiteraron ayer la inocencia de su defendido. Consideran las acusaciones como «un manifiesto vacío de hechos y pruebas que demuestren la culpabilidad de nuestro defendido».
El presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, declaró que «es fundamental que la justicia actúe a partir de ahora dentro de los plazos establecidos por la ley». Rebelo, que es abogado, sabe bien las continuas críticas que tanto la defensa de Sócrates como el propio ex primer ministro han vertido por los incumplimientos en los plazos ya que el tiempo máximo establecido para formular una acusación formal no debe sobrepasar los 18 meses. Tras las acusaciones, queda ahora la convocatoria de los juicios, que pueden ser varios dada la complejidad del caso y cuyas sesiones y sentencias se pueden alargar años.