Merkel se toma con calma la negociación del nuevo Gobierno

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

JOHN MACDOUGALL | AFP

Hablará con liberales y verdes a partir del día 18, tras obtener permiso de sus socios bávaros

10 oct 2017 . Actualizado a las 08:30 h.

Puede que Angela Merkel esté más debilitada que nunca a raíz de las elecciones generales de hace dos semanas, pero ha logrado superar el primer escollo, y probablemente el más afilado, para formar nuevo Gobierno. Tras dos años de intenso tira y afloja, la jefa de la CDU y Horst Seehofer, el líder de la CSU bávara, su partido hermano, han acercado posiciones en política migratoria, allanando así el camino para las negociaciones con los liberales del FDP y Los Verdes, que comenzarán la próxima semana.

«El 18 de octubre nos reuniremos antes con el FDP y después con los ecologistas. Y el 20 de octubre tendremos la ronda preliminar de conversaciones a tres bandas», explicó ayer la canciller. Merkel recordó que, si bien la llamada «Jamaica», por los colores de las formaciones que la integran, es una fórmula inédita a nivel federal, el país necesita un Gobierno estable. El que será el primer tripartito al frente del Ejecutivo germano desde 1949 es la única opción que le queda a la dama de hierro, dado el tercer lugar que obtuvo el ultraderechista AfD el 24 de septiembre y la negativa de los socialdemócratas a reeditar la gran coalición, tras su peor resultado electoral.

Merkel garantizó que el diálogo se realizará con «transparencia» y que tan solo el primer contacto será por separado, con el fin de romper el hielo y fijar líneas rojas en asuntos complicados, como la lucha contra el cambio climático, la política fiscal y, sobre todo, la crisis migratoria. En este sentido, la canciller ha tenido que ceder ante su socio más conservador, en aras de la unidad que necesita para afrontar su legislatura más difícil. Tras negarse durante meses a poner coto a la acogida de refugiados, aceptó el domingo que cada año Alemania acoja a un máximo de 200.000 inmigrantes. Eso sí, sin hablar de tope, tal y como demandaba Seehofer.

La misma Merkel que en septiembre del 2015 se ganó el sobrenombre de líder del mundo libre por abrir la frontera a miles de demandantes de asilo quiso matizar la concesión, al subrayar que el acuerdo incluye una cláusula que acepta excepciones para crisis económicas y bélicas, en cuyo caso será el Parlamento el que decida. Asimismo, tiene previsto aprobar una ley que eximirá de esa cuota máxima a los extranjeros cualificados, al igual que a los comunitarios.

De este modo, la jefa conservadora termina de materializar su viraje a la derecha para arrebatar votos a AfD, que ha capitalizado el creciente rechazo a la llegada de refugiados. «No fue fácil», admitió Merkel, que seguramente tendrá que entregar importantes puestos del futuro Ejecutivo a Los Verdes, se especula con el ministerio de Exteriores para su líder, Cem Özdemir, y los liberales, quienes aspiran a hacerse con el de Finanzas.