Las municipales lusas miden las fuerzas de Costa y Passos Coelho

Begoña Íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

TIAGO PETINGA | Efe

El centroderecha teme una debacle frente al triunfo socialista

01 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez millones de electores están llamados hoy a votar en Portugal para elegir a 308 alcaldes y a 3.091 presidentes de freguesías (juntas de distrito) de norte a sur del país y en los archipiélagos de Madeira y Azores. Estas elecciones, a pesar de ser municipales, son la primera evaluación al Gobierno del socialista António Costa. Dos años después de acceder al poder, gracias a un pacto histórico con el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, todo apunta, según los sondeos, a que el primer ministro luso y sus candidatos en Lisboa, Fernando Medina; Sintra, Basilio Horta, y Vila Nova de Gaia, Eduardo Vitor Rodrigues, revalidarán el cargo con mayoría absoluta. De las grandes ciudades lusas, solo Oporto, Cascais y Oeiras, se escapan al dominio de los socialistas.

El independiente Rui Moreira, actual regidor de Oporto, obtendrá mayoría absoluta, sin ser necesario otro pacto de legislatura con el socialista Manuel Pizarro. Cascais seguirá gobernado por Carlos Carreiras, del PSD (centroderecha). En Oeiras, las encuestas dan al populista Isaltino Morais, con varios procesos de corrupción a sus espaldas, una clara victoria frente al candidato del PSD.

Según las estimaciones, el Partido Socialista será el ganador absoluto de los comicios y continuará presidiendo la Asociación Nacional de Municipios y la de freguesías. «Somos el auténtico poder local en Portugal y ejemplo de eficacia, proximidad y descentralización tras la reforma del 2012», afirma Pedro Cegonho, presidente de Anafre (Asociación Nacional de las Freguesías). Por ello, considera esencial que el PS revalide ese poder «porque hay freguesías, en las principales ciudades, con más habitantes que ayuntamientos del interior». 

¿Crisis en el PSD?

Un panorama muy diferente al que se enfrenta el ex primer ministro Pedro Passos Coelho, que ve peligrar su liderazgo en el centroderecha PSD. No solo por los pésimos resultados que se esperan en Lisboa y Oporto, los peores en 40 años, sino porque la que fue su ministra de Agricultura y ahora presidenta del democristiano CDS-PP, Assunção Cristas, obtendría muchos más votos como aspirante a alcaldesa de Lisboa que su candidata, Teresa Leal Coelho, humillando al PSD.

Passos Coelho no se ha cansado de repetir que estas municipales no tienen lectura nacional, ni son un test a su liderazgo. Aunque el politólogo António Costa Pinto considera que sí tienen «porque si Passos obtiene una estruendosa derrota, como se prevé, tendrá que dar explicaciones a su partido, en el que no paran de surgir voces críticas a su mandato, y tarde o temprano se verá obligado a dejar el cargo».

Mientras crecen las divisiones en el seno del PSD de Passos, aumenta la expectativa en el CDS-PP de Cristas, a la que los analistas denominan «la esperanza del centroderecha portugués y la gran sorpresa de las municipales». En declaraciones a La Voz, el último día de campaña, Cristas se mostró «esperanzada no solo por las encuestas, que a veces se equivocan, sino por el gran apoyo y movilización que he vivido en la calle durante toda la campaña». Para la líder del CDS-PP, «Lisboa es una oportunidad única para demostrar cuál es nuestro estilo de hacer las cosas que se puede trasladar al ámbito nacional: cercano, pegados a los ciudadanos y con mucha preocupación por su bienestar y los temas sociales, no solo por el turismo y el crecimiento rápido». Cuestionada sobre si se ve como líder del centro-derecha portugués responde: «Vamos poco a poco, ahora nos examinamos en los ayuntamientos y todavía no sabemos los resultados».

Sobre un posible pacto con el PS, tras las próximas legislativas, afirma, «quedan dos años, ahora es el momento de centrarme en los ciudadanos de Lisboa, a los que no abandonaré y compaginarlo con mis responsabilidades como líder del CDS y diputada en el Parlamento, donde seguiremos haciendo oposición al Gobierno de Costa».