El resultado electoral alemán agrieta a la CDU y al SPD

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

FABRIZIO BENSCH | Reuters

27 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos días después de las elecciones en Alemania, los grupos parlamentarios se reunían por primera vez para diseñar su futura estrategia en el que será el Bundestag más fragmentado de las últimas décadas. Y lo hacían angustiados, tanto por el desembarco del ultraderechista AfD, como por las fuertes divisiones internas, que se dejaron notar especialmente en los dos grandes partidos.

El líder del SPD, la formación que más sufrió la crisis del bipartidismo al obtener el peor resultado de su historia, designó a la ministra de Empleo, Andrea Nahles, nueva presidenta de la fracción parlamentaria. Martin Schulz prometió que, antes del congreso de diciembre, habrá redefinido el rumbo del partido. El proceso se avecina complicado. Ayer, tras un tira y afloja, el secretario general, Hubertus Heil, anunció su renuncia.

La bancada conservadora volvía a evidenciar su brecha. Tras haber cuestionado la alianza con la CDU de Angela Merkel, que existe desde la fundación de la República Federal en 1949, el jefe de su hermanada CSU, Horst Seehofer, instó a la canciller a aclarar primero las diferencias entre ambos para después negociar con otros partidos, y desenterró su demanda de un tope máximo de 200.000 refugiados anuales.

Después de haber perdido a manos de los ultras más de diez puntos en Baviera, varios correligionarios pidieron la dimisión de Seehofer. De ahí que el líder bávaro prometiera ayer un referendo entre los miembros de la CSU antes de dar el visto bueno a cualquier acuerdo de coalición federal.

También en las filas del AfD, el verdadero ganador de los comicios, en los que quedó tercero, rodaban cabezas. Su copresidenta, Frauke Petry, comunicó que abandona la formación debido a las luchas intestinas con el sector más radical. «Está claro que este paso llegará», afirmó la representante del ala moderada y el rostro más visible del partido xenófobo, sin dar una fecha exacta. Su salida era cuestión de tiempo, dado que el lunes sorprendió al desvincularse del grupo parlamentario, y se suma a la de su marido, Marcus Pretzell, jefe de la formación en Renania del Norte-Westfalia.

El éxito ultraderechista y la negativa del SPD a reeditar la gran coalición han dejado a Merkel sin apenas margen de maniobra para formar Gobierno. La única opción que le queda para evitar nuevas elecciones, que solo fortalecerían aún más a los ultras, es un tripartito con los liberales del FDP y Los Verdes. Todo apunta a que las negociaciones, que se prevén duras por sus diferencias en cuanto a política económica y migratoria, se extenderán hasta pasados los comicios regionales de Baja Sajonia el 15 de octubre.