Hamás y Al Fatah abren la puerta a la reconciliación entre palestinos

La Voz JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

MAHMUD HAMS | Afp

Los islamistas aceptan disolver su Gobierno en Gaza y concurrir a unas elecciones

18 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres años después del último intento fallido, la palabra reconciliación vuelve a sonar entre Al Fatah y Hamás tras unas intensas negociaciones en El Cairo. Hamás emitió un comunicado de cuatro puntos en el que anuncia la disolución del comité administrativo (su Gobierno de facto en la Franja de Gaza) e invita al Gobierno palestino del primer ministro, Rami Hamdala, a asumir la gestión del pequeño territorio. Una declaración que, de llevarse a la práctica, supondría el final del poder que los islamistas tienen sobre Gaza desde que se hicieron con su control en el 2007 y cuyo desmantelamiento era una exigencia de las autoridades de Ramala.

La pelota está ahora en el tejado de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que espera que «este sea un paso en la dirección correcta que mejore la unidad entre los palestinos y acabe con esta horrible división», según declaraciones de Azzam al Ahmad, responsable del equipo negociador de Fatah en El Cairo. Al Ahmad definió la oportunidad que se abre de «histórica» ya que podría ser decisiva para la consecución del Estado palestino. Otro de los puntos clave del comunicado de Hamás fue la aceptación de unas elecciones generales en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Las últimas legislativas se celebraron en el 2006 y fueron los islamistas quienes se alzaron con la victoria en un proceso certificado como limpio por los observadores internacionales. Pero un año más tarde la guerra civil dejó la Franja en manos de Hamás. Israel y Egipto impusieron entonces un duro bloqueo sobre Gaza, que ha asfixiado a los islamistas, pero también a los dos millones de gazatíes.

En abril del 2014, las dos grandes facciones palestinas firmaron el Acuerdo de Shati, que solo duró un mes, ya que Israel lanzó la operación Margen Protector y todo quedó paralizado. La respuesta de la ANP fue el recorte de salarios a los funcionarios en Gaza y el corte del suministro eléctrico a la Franja.

Egipto ha vuelto a recuperar el rol de mediador y su papel parece que será clave para el éxito de este nuevo intento para sellar la paz interna entre palestinos. A falta de una respuesta oficial del presidente, Mahmud Abás, que se encuentra en Nueva York, «también resultará clave conocer la opinión de EE. UU. e Israel, si dinamitan el acercamiento», opina Fayez Saqqa, diputado de Al Fatah.

Los dos actores de este conflicto

Hamás, islamista. En franca decadencia

El origen de Hamás se remonta a la intifada de 1987. Mientras su rama militar, las Brigadas al Qasam, se encargaban de la lucha armada contra Israel (cuya existencia no reconoce), el ala política realizaba una misión social entre los palestinos. Esta fue esencial para su triunfo en las elecciones del 2006. Pero su victoria nunca fue reconocida y el conflicto con Al Fatah derivó en el 2007 con Hamás controlando la Franja y su rival político gobernando Cisjordania. Pero el brazo palestino de los Hermanos Musulmanes ha perdido peso tras varios reveses. El más duro fue la caída de su padrino Mohamed Mursi en Egipto, seguido del fin de la financiación de Irán, por su apoyo a los suníes que combatían a Bachar al Asad en Siria.

Al Fatah, nacionalista. A la sombra de Arafat

Bajo la batuta de su líder histórico Yaser Arafat, Al Fatah ha dominado la vida y la política palestinas desde finales de los cincuenta como la facción más fuerte y mejor organizada dentro de la OLP. En los años 90, con el proceso de paz de Oslo, la dirigencia de este partido nacionalista y secular se hizo cargo de la recién creada Autoridad Nacional Palestina. La dura represión de Israel durante la intifada de Al Aqsa (2000) y la demonización de Arafat (antes de su muerte) marcó un antes y un después. En manos de Mahmud Abás, su poder e influencia se ha ido erosionado por sus divisiones internas, acusaciones de corrupción, ineficiencia y nepotismo. Su líder más valorado, Marwan Barguti, está encarcelado en Israel.