Colombia y el ELN firman un alto el fuego de 102 días para desbloquear las negociaciones

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

HO | afp

No han sido unas negociaciones fáciles: estuvieron a punto de romperse por la reticencia de la guerrilla a cesar las hostilidades contra la población civil

05 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que hace tan solo unos días era visto como improbable, finalmente se ha hecho realidad. El Gobierno colombiano firmó ayer un cese al fuego temporal con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla del país tras el desarme de las FARC, en el marco de las negociaciones que ambas partes mantienen en Quito desde el pasado febrero. Se trata de un paso decisivo de cara a la pacificación completa de un país que lleva más de un siglo sumido en un conflicto armado. No han sido unas negociaciones fáciles. Ambas partes querían firmar el pacto antes de la llegada del papa Francisco mañana. Los debates estuvieron a punto de romperse, en gran medida por la reticencia del ELN de cesar las hostilidades contra la población civil, algo que finalmente se ha acordado

La guerrilla, creada en 1967, y que podría contar con unos 1.300 miembros armados, se ha comprometido a dejar de secuestrar y a cesar el bombardeo de oleoductos, que en los últimos años han sido sus dos principales líneas de acción. Esa ha sido la parte más complicada de negociar. El ELN no es un grupo con un liderazgo tan vertical como las FARC, lo que complican los acuerdos. Dejarán también de plantar minas antipersona y de reclutar a menores.

Compromisos

El Gobierno, por su parte, se compromete a proteger de una manera más eficiente a los líderes comunitarios. Parte de ellos mantienen vínculos con las FARC y el ELN, y están sufriendo una ola de homicidios desde el 2016. Los asesinatos a dicho colectivo se han incrementado un 31 % este año. Bogotá también mejorará la prestación de salud a los presos de la guerrilla y los acercará a sus familiares.

El cese al fuego bilateral acelera, con muchos condicionantes, las negociaciones con el ELN y el objetivo del presidente, Juan Manuel Santos, de desarmar a otro actor del conflicto colombiano. Se extenderá, en principio, por 102 días, desde el 1 de octubre de este año hasta el 12 de enero del 2018, para renovarse, a partir de entonces «en la medida en que se cumpla y se avance en las negociaciones sobre los demás puntos», según explicó el presidente. No podrá ser leído como un logro completo hasta que no sea un cese definitivo, algo todavía lejano. Muchos analistas se preguntan si ha sido un pacto firme, o apresurado.

Las negociaciones con el ELN se han atascado durante los últimos meses debido a la enrevesada fórmula de negociación -la guerrilla insiste en que movimientos sociales de todo el país participen en los debates- y también por las acciones hostiles del grupo guerrillero.

Un miembro Frente de Guerra Occidental del ELN admitió esta semana que Arsen Voskanyan, un ruso secuestrado por la guerrilla, había muerto durante su cautiverio, al parecer tras ser herido intentando escapar.

El grupo subversivo fue el autor, asimismo, del secuestro a dos periodistas holandeses en la región Norte de Santander el pasado junio. Ambos fueron liberados pocos días después, pero las negociaciones se vieron afectadas. También han influido en el malestar del Gobierno las continuas voladuras de oleoductos por parte de la guerrilla y varios ataques perpetrados contra las fuerzas del orden.