El «brexit» disparará un 22 % el coste de la cesta de la compra en el Reino Unido

Rita Á. Tudela LONDRES / AGENCIA

INTERNACIONAL

POOL | Reuters

Los expertos exigen a May planes detallados para evitar el impacto en los ciudadanos

02 sep 2017 . Actualizado a las 08:40 h.

Mientras David Davis, el ministro británico encargado de negociar brexit, intenta desde Estados Unidos quitar hierro a una semana «un poco tensa» en las negociaciones entre Londres y Bruselas, los primeros que empiezan a sufrir las consecuencias del divorcio con la Unión Europea son los ciudadanos británicos, con la subida de los precios de la cesta de la compra.

En agosto en Reino Unido, según datos del índice de precios elaborado por la consultora Nielsen, los alimentos subieron un 1,3 % en comparación con el mismo período del año anterior y muchas tiendas centran sus esfuerzos en evitar una escalada de los precios de sus estanterías.

«Creemos que los costes para el consumidor alcanzarán su punto máximo a finales de este año por la victoria del brexit», explica Richard Lim, director ejecutivo de la consultora Retail Economics, que advierte de que los retos a los que se enfrentan los minoristas empeorarán en los próximos meses y predicen que los precios de los alimentos aumentaran un 22 % por el brexit.

Desde el Consorcio Británico de Venta al Público apuntan a la importancia de la alimentación tras la ruptura con la UE hasta un «nivel sin precedentes», resaltando que el sistema es ya «vulnerable y dependiente cada vez más de las importaciones».

En esa línea, Helen Dickinson, directora ejecutiva del British Retail Consortium, cree que los minoristas se están quedando sin opciones para proteger a los compradores de los aumentos significativos en el precio de las mercancías importadas desde el referendo sobre la pertenencia a la UE celebrado en junio del año pasado. Además, Helen Dickinson advierte de que la calidad y el precio de los productos vendidos en suelo británico se verán afectados negativamente si se cierra un acuerdo duro sobre los controles de aduanas.

Más pesimista con las consecuencias de la salida del bloque común es Erik Millstone, profesor de la Universidad de Sussex, apuntando a que podría causar «caos» en el suministro de alimentos del Reino Unido a medida que los precios aumenten, los estándares de seguridad se vean reducidos y se debilite la disponibilidad. Así, pide al gobierno de Theresa May que detalle sus planes para campos como la agricultura o la pesca después del brexit, al tiempo que critica su política de «silencio total» sobre el futuro que depara a cadena de suministro de alimentos.

Más positiva es la visión del gobierno de la mano de las declaraciones de un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, que predice que dejar la UE «proporcionará a nuestra enormemente exitosa industria de alimentos y bebidas nuevas oportunidades para expandirse y prosperar» y apunta a que se beneficiarán del comercio libre de aranceles para que los productos británicos tengan «la más libre fricción posible».