Patricia Queijeiro: «Nos han subido ya la jornada laboral y los impuestos locales»

R. Á. T. LONDRES / AGENCIA

INTERNACIONAL

La coruñesa lleva casi tres años en Mánchester y describe cómo en los últimos meses va notando que sube «un poquito todo»

02 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La coruñesa Patricia Queijeiro Vázquez lleva casi tres años en Mánchester, donde ejerce como enfermera, y describe cómo en los últimos meses va notando que sube «un poquito todo». Hace referencia a la tarifa para renovar el piso en el que vive con su novio en el norte de Inglaterra, a la bajada del valor de la libra respecto al euro, a un pequeño incremento en las tasas municipales y, recientemente, a un pequeño ajuste de 30 minutos en la jornada laboral.

«Si antes la lata de atún costaba una libra, ahora está ya a 1,25 libras», relata la joven. Por suerte, los turnos de su trabajo le permiten regresar a Galicia con frecuencia y volver muchas veces con la maleta llena de productos de la tierra, por lo que no sabe si en los supermercados hay una subida de los productos gallegos.

Otra situación que la deja perpleja es la doble realidad en la que viven ella y su novio en sus respectivos trabajos. Patricia ejerce en un hospital público a 40 minutos del centro donde muchos compañeros tienen un discurso favorable al brexit que no tienen reparos en manifestar cuando está presente y culpan directamente a los inmigrantes de llevarse las ayudas sociales y no trabajar, su novio tiene un ambiente totalmente opuesto en una empresa de diseño de 3D en el centro de Mánchester en la que trabaja con pakistaníes.

«En su trabajo nadie está contento con el brexit y están mosqueados con la decisión. A su jefe no le da buena espina, pero en mi hospital, que está en un pueblo con poca inmigración y con la población más envejecida, todos eran favorables a la salida y a que se dejen de dar ayudas a indios y pakistaníes y no se deje venir a los árabes», lamenta.

Si los cambios por la salida de la UE pasan a mayores y empiezan a afectarles a su salario, les piden un visado, cambiar el carné de conducir y otros papeleos, Queijeiro y su novio tienen claro que por muy contentos que estén aquí, regresarán a Galicia.