EE.UU. se enfrenta al desastre natural más costoso de su historia

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MARK RALSTON | afp

Críticas a Trump por no reunirse con las víctimas y por los recortes a las agencias de emergencia

31 ago 2017 . Actualizado a las 11:57 h.

Los deberes oficiales del presidente de  EE.UU. están especificados en el artículo 2 de la Constitución que, sin embargo, no menciona ciertas obligaciones por las que se escruta al milímetro al comandante en jefe. Una de ellas es el consuelo que, en nombre de la nación, debe brindar a los estadounidenses víctimas, por ejemplo, de una catástrofe natural. Ocurrió con Barack Obama cuando el huracán Sandy (2012). El entonces presidente protagonizó decenas de imágenes junto a los damnificados, imágenes que en el caso de Donald Trump brillan por su ausencia.

En su viaje a Texas, el neoyorquino no conoció ni a una sola víctima, ni tampoco pisó ninguna de las calles inundadas. Pese a que sus asesores vieron en Harvey una oportunidad para mostrar su liderazgo, Trump prefirió ceñirse a un guion más propio de un mitin de campaña. Su comportamiento fue criticado por el presidente del Partido Republicano en Texas, James Dickey, quien reconoció que el magnate no podía permitirse repetir los errores de George W. Bush con el huracán Katrina (2005).

A pesar de que Trump ha prometido facilitar toda la ayuda necesaria para la reconstrucción de las áreas afectadas, lo cierto es que su discurso choca con sus recortes presupuestarios. Las cuentas de la Casa Blanca reducen la financiación a todas aquellas agencias que ahora el presidente alaba por su gestión de Harvey y que se encargan de las emergencias, la reconstrucción de las ciudades azotadas por fenómenos naturales, así como aquellas que investigan cómo predecir antes las tormentas y así alertar con tiempo a los ciudadanos. Además, hace tan solo dos semanas el presidente revocó la regulación que obligaba a las nuevas infraestructuras a estar mejor preparadas en caso de catástrofe.

Recortes, a debate

No está claro si los recortes sobrevivirán a las votaciones en el Capitolio. De momento, los líderes del Congreso y el presidente se reunirán el próximo miércoles para comenzar las conversaciones en torno a la ayuda que se enviará a Texas. Según las estimaciones de AccuWeather, Harvey lleva camino de ser el desastre natural más costoso de la historia de EE.UU.: 160.000 millones de dólares, una cifra similar al «efecto combinado» del Katrina y Sandy, cuyas facturas aún provocan disputas. Es el caso del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, que llamó «hipócrita» al senador Ted Cruz, por pedir ayuda para Texas cuando en el 2012 votó en contra de un esfuerzo similar cuando el Sandy. «Un 30 % de la ayuda solicitada no tenía nada que ver con Sandy», justificó Cruz tras decir que Christie estaba desesperado por salir en televisión.

Pese a haberse convertido en tormenta tropical, Harvey continuó descargando ayer viento y lluvia sobre el sur de Luisiana, mientras daba algo de tregua a Texas, donde ciudades como Houston siguen completamente anegadas. Según el último balance, ya son 31 los fallecidos, entre ellos seis miembros de una misma familia hispana encontrados ayer dentro de una furgoneta inundada. Hasta el momento, 8.500 personas han sido rescatadas y cerca de 30.000 se reparten en más de 230 refugios habilitados después de que más del 30 % de Harris County (un territorio como la ciudad de Nueva York y Chicago juntas) esté bajo el agua. Considerando la magnitud de la catástrofe, 14.000 guardias se han sumado a las labores de emergencia y se espera la llegada de otros 10.000 procedentes de otros estados. Además, el Departamento de Defensa ha proporcionado 200 embarcaciones, 600 vehículos y 100 helicópteros.