Merkel defiende «un reparto justo» de refugiados en los países comunitarios

PATRICIA BAELO BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

FABRIZIO BENSCH | reuters

Pide cambios en la Convención de Dublín para agilizar los trámites

30 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Fue importante y lo correcto acoger a esta gente en una situación humanitaria de excepción». Así justificaba ayer Angela Merkel la decisión que tomó en septiembre del 2015, cuando abrió la frontera a miles de refugiados. Una decisión que, sin embargo, fue extraordinaria y no supuso la base para «una estrategia a largo plazo», insistió la canciller alemana, que desde entonces ha endurecido el derecho de asilo para no perder el apoyo de sus correligionarios ni de la población.

«La lucha contra los traficantes de personas, apostar por más ayuda al desarrollo y la creación de alojamientos humanitarios en Libia son instrumentos que comparten el mismo espíritu que la ayuda prestada a los refugiados en el verano de 2015», subrayó Merkel con la mirada puesta en el electorado, que ha virado a la derecha desde que Alemania acogiera a 890.000 inmigrantes ese mismo año.

Consciente de ello, la jefa del Gobierno alemán defendió los controles fronterizos en todo el espacio Schengen, así como una reforma de la Convención de Dublín III, según la cual un refugiado solo puede solicitar asilo en el primer país por el que entra al continente, y que fue suspendida temporalmente tras el estallido de la crisis migratoria con el fin de agilizar los trámites.

«Europa todavía no ha hecho sus deberes», sentenció Merkel, considerada por muchos como la nueva líder del mundo democrático y la única capaz de hacer frente a los socios del Este, que desde un principio se negaron a recibir a refugiados, al brexit e incluso al populismo de Donald Trump o Recep Tayyip Erdogan.

«Me gustaría tener una mejor relación con Turquía. Pero tenemos que asumir la realidad», declaró la dama de hierro sobre la «complicada» fase de tensión entre ambos países, que ha empeorado a raíz de que Ankara arrestara a diez ciudadanos alemanes a los que vincula con el intento de golpe de Estado de julio del 2016. «Nuestra demanda es muy clara, que pongan en libertad a la gente encarcelada allí», exigió.

Durante su multitudinaria comparecencia tampoco faltó la crítica, inusualmente virulenta, a la deriva autocrática del Ejecutivo polaco. «Es un tema serio, los requisitos para la cooperación con la UE incluyen respetar la Constitución», apuntó.

Ministerio de Finanzas en la UE

En cuanto a los desafíos económicos, Merkel aplaudió la propuesta de Emmanuel Macron de crear un ministro de Finanzas y un fondo permanente para la eurozona. La canciller se defendió de las acusaciones de Trump, al asegurar que el superávit comercial de la locomotora europea no es «algo dramático», y convocó además una segunda cumbre del diésel en noviembre para abordar medidas que ayuden a reducir las emisiones contaminantes.

A menos de cuatro semanas para las elecciones del 24 de septiembre y con todos los sondeos a su favor, Merkel se mostró pletórica, si bien rechazó que la campaña esté siendo «soporífera» por la supremacía de su bancada conservadora, tal como aseguran medios y analistas. «Para mí, no es aburrida, es emocionante e interesante», señaló.