Maduro intenta desprestigiar a la fiscala general destituida y la trata de corrupta

juan francisco alonso CARACAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

CARLOS GARCIA RAWLINS | reuters

El mandatario aseguró que impondrá medidas para combatir el alza de precios

21 ago 2017 . Actualizado a las 08:03 h.

Nicolás Maduro respondió con la misma arma a las acusaciones de corrupción que la anterior fiscala general del país, Luisa Ortega Díaz, declarada enemiga número uno del régimen por acusar al presidente y a su círculo de amaños con una empresa constructora brasileña, en el conocido como caso Odebrecht. Ayer lo hizo señalando a Ortega como la cabecilla de una red dedicada a encubrir a corruptos. «Durante estos cuatro años que llevo como presidente nunca conté con el apoyo de la Fiscalía para el combate para la corrupción».

Maduro, en una de sus conocidas y extensas alocuciones, intentó poner ejemplos de la presunta actuación corrupta de Ortega y habló de uno de los casos que remitió a la antigua fiscala, sin encontrar respuesta. «En la Faja Petrolífera del Orinoco, la policía anticorrupción hizo las investigaciones, halló las pruebas y a los culpables, pero cuando informamos a la Fiscalía, qué hizo ella: le avisó a los corruptos y se fueron del país» afirmó Maduro, que acusó a Ortega de cobrar millones de dólares por el soplo. «La Fiscalía protegía a estos sectores corruptos», señaló tajante el mandatario durante una entrevista televisada que le hizo el exvicepresidente José Vicente Rangel, quien es considerado uno de sus mentores.

Sin mostrar una sola prueba, Maduro se hizo eco de los señalamientos que el chavismo lanzó en días pasados contra el esposo de Ortega Díaz, el ahora diputado disidente del chavismo, Germán Ferrer, de liderar una red de extorsión en la Fiscalía, la cual le exigía dinero a investigados a cambio de cerrarles sus procesos y gracias a la cual habría abierto cuentas en las islas Bahamas por más de seis millones de dólares.

Estas acusaciones permitieron al sucesor de Ortega Díaz, Tarek William Saab, pedir la detención de Ferrer y de varios fiscales, algunos de los cuales investigaban el caso Odebrecht, con unos procedimientos de dudosa legalidad.

No obstante, Maduro evitó responder si está involucrado o no en el escándalo de sobornos y financiación ilegal protagonizado por la constructora brasileña, que sacude a la política de media América Latina.

El pasado jueves, Ortega Díaz participó, vía Skype, en una reunión de fiscales generales en México y allí denunció que su destitución y la persecución en su contra tiene que ver con las investigaciones que adelantaba sobre el caso. «Todos ustedes conocen ese caso, y esta investigación los tiene muy preocupados y angustiados, porque saben que tenemos la información y el detalle de todas las operaciones, montos y personas que se enriquecieron. Esta investigación involucra al señor Nicolás Maduro y a su entorno», dijo horas antes de salir hacia Colombia.

Mónica Moura, esposa del publicista brasileño Joao Santana, quien ideó la última campaña del fallecido Hugo Chávez, aseguró a la justicia de su país que recibió de manos de Maduro, entonces canciller de Venezuela, 11 millones de dólares en efectivo como pago de los servicios de su marido y que los mismos salieron de Odebrecht.

Más amenazas

Al ser consultado por los problemas de escasez de alimentos y medicinas y la galopante inflación que padece el país, el mandatario anunció que esta semana su Gobierno y su cuestionada Constituyente tomarán medidas.

«Una comisión especial está trabajando directamente conmigo, con el equipo económico y sectores del empresariado y esta semana se van a dar a conocer un conjunto de acciones para que se respete el precio máximo de los productos», dijo, dejando en claro que se reforzarán los controles de precios y de divisas vigentes en el país desde el 2003 y los cuales son, para economistas y expertos, responsables junto a la política de expropiación de empresas los responsables de la crisis.

Durante su intervención Maduro insistió en su tesis de que Venezuela padece una «guerra económica» inducida por gobiernos extranjeros y empresarios y políticos nacionales, que consiste en acaparar productos y elevar sus precios. Por ello advirtió a los empresarios y comerciantes que aplicará medidas muy severas «y al que no las apoye le caerá todo el peso de la ley», sentenció, sin dar más detalles.

Maduro no se mostró preocupado por el rechazo que su decisión de impulsar una Constituyente provocó en la mayoría de los países americanos y europeos. «¿Quiénes son ellos para opinar?, dijo.