Alerta naranja en Portugal ante una oleada de incendios en el centro del país

JAVIER CASTRO / F. E. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

PATRICIA DE MELO MOREIRA | AFP

Las altas temperaturas y los fuertes vientos disparan la amenaza este fin de semana

12 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Altas temperaturas, sequía y vientos impredecibles. Una combinación catastrófica para Portugal, que ha sufrido hasta 215 incendios en los últimos días. Con la tragedia de Pedrogão Grande en el recuerdo, la situación amenaza con agravarse este fin de semana y pone al país en alerta naranja (la tercera en una escala de cuatro).

El fuego más grave lo vivieron los vecinos de Abrantes, una localidad de 40.000 habitantes del centro del país. Se declaró en la madrugada del miércoles, perdió el control el jueves y ayer dejó de avanzar. La alcaldesa del municipio, Maria do Céu Albuquerque, llamó a la calma, después de la evacuación temporal de varios pueblos colindantes por precaución, con el recuerdo de los fallecidos en Pedrogão muy presente.

«Afortunadamente, el viento desplaza ahora las llamas hacia zonas que ya fueron consumidas, lo que facilita el trabajo de los bomberos», dijo la regidora. El fuego provocó la destrucción de varias casas de veraneo.

Las densas columnas de humo cubrieron el cielo de la región de Santarém. Los vecinos de Abrantes y de otros municipios, como Braçal, Medroa y Amoreira, salieron con mangueras y cubos de agua para combatir el fuego.

El incendio, el más importante de los 21 activos en Portugal, fue el que más efectivos movilizó. Cerca de 700 bomberos, 218 medios terrestres y 12 aviones, entre ellos dos españoles y uno marroquí, trabajaron desde la noche del miércoles para evitar su avance. «Dos focos siguen muy activos pero ceden terreno», comentó la portavoz de Protección Civil, Patricia Gaspar, quien subrayó que mantendrían a «todos los medios sobre el territorio».

El jueves fue una jornada particularmente convulsa para Portugal. Al drama vivido en Abrantes se sumó otro incendio de grandes proporciones declarado en Grándola, al sur del país, que arrasó un bosque de alcornoques mediterráneos. Las autoridades lusas movilizaron a 210 efectivos, apoyados por 67 medios terrestres y dos aeronaves para controlar la situación, que se estabilizó ayer con éxito. El incendio obligó a suspender el tráfico ferroviario de la Línea Sur, que une la capital con la popular zona turística de Algarve.

Cortes de autopista

Los fuegos provocaron cortes durante varias horas de las autovías A3, que une Oporto con Galicia, y A14, que une las ciudades Coímbra y Figueira da Foz. No fue el único imprevisto provocado por las llamas. Otro fuego cerca de Mealhada, 25 kilómetros al norte de Coímbra, obligó al Gobierno a prohibir la circulación en ambos sentidos en la autopista A1 que une Oporto con Lisboa.

Cerca de 2.000 bomberos continúan trabajando en las labores de extinción. Según Protección Civil, Portugal llegó a superar el jueves los 200 focos activos.

La ansiedad por controlar la situación antes del fin de semana obligó a las autoridades a decretar la alerta naranja, la tercera más grave de una escala de cuatro. Según los primeros cálculos de las autoridades, en los últimos días se habrían arrasado unas 3.000 hectáreas de bosque.

El Gobierno espera que el calor extremo, que alcanza los 39 grados en algunos puntos del centro, continúe hasta el domingo. Según el instituto meteorológico, un 80 % del territorio portugués sufre una sequía severa o extrema desde finales de julio.

Decenas de pueblos fueron evacuados por precaución bajo el recuerdo de la crisis de Pedrogão