Maduro se burla del presidente Santos y lo conmina a «arrodillarse» ante él

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

FEDERICO PARRA | AFP

La Iglesia condena el asalto del Parlamento y califica de «dictadura» al régimen

08 jul 2017 . Actualizado a las 15:24 h.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, llevó a un nuevo punto de tensión sus ya espinosas relaciones con Colombia, el país vecino, al decir que su homólogo Juan Manuel Santos debería «pedirle la bendición», una fórmula familiar con la que, en ambos países, los hijos saludan a sus padres. «Estás muy mal en Colombia, Juan Manuel Santos. Deja de estar tramando maldades contra Venezuela», señaló Maduro en una alocución que ha repetido tres veces en cadena nacional de radio y televisión. «Colombia nació gracias a nuestros abuelos venezolanos. Juan Manuel Santos debería pedirme la bendición a mí. Santos, arrodíllate e híncate, porque soy tu padre», señaló.

Maduro respondía así al comunicado del Palacio de Nariño en el que Santos exigía respeto a la Asamblea Nacional, que el miércoles, día de la Independencia en Venezuela, fue asaltado por una turba chavista que hirió a cinco diputados y a siete trabajadores del Parlamento. Hasta el momento, la cancillería colombiana, que en mayo retiró sine die a su embajador en Venezuela, un gesto que no ha sido respondido por el Gobierno de Maduro, no reaccionó ante las declaraciones de este último.

El frente internacional comienza a mostrar cada vez mayor complejidad para Maduro. En la cumbre del G20 en Hamburgo, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, promovió con el respaldo de Brasil, España y México, entre otros, una condena al ataque contra la Asamblea Nacional. Macri reiteró la exigencia de al menos 20 países de la OEA, así como de la Unión Europea y el Vaticano, para la realización de elecciones libres, la liberación de los presos políticos y el respeto a la institucionalidad del Parlamento. Según Luis Videgaray, canciller mexicano que suministró la información, el tema también fue abordado por el presidente de su país, Enrique Peña Nieto, en una reunión con el presidente francés Emmanuel Macron, así como en el primer cara a cara entre el mexicano y el mandatario de EE.UU., Donald Trump.

En el plano interno, la acción contra el Parlamento causó el rechazo de la Iglesia Católica, que a través del presidente de la Conferencia Episcopal, Diego Padrón, señaló que el ataque «refleja que el régimen de Nicolás Maduro no pretende modificar sus estrategias violentas». La Iglesia tiene claro que el régimen se convirtió en una «dictadura» y que esta se consolidará con la elección, el 30 de julio, de una Asamblea Constituyente, razón por la cual se ha ofrecido a prestar sus locales para el plebiscito organizado por la oposición con el fin de abortar su nacimiento.

El único diputado chavista que aún asiste a la Asamblea Nacional, Germán Ferrer, el esposo de la amenazada fiscal general Luisa Ortega Díaz, afirmó que desde el martes se incorporará al Parlamento en una «nueva fracción» a la que podrían sumarse otros diputados disidentes del chavismo. Sus nombres, hasta ahora, son una sorpresa guardada con esmero, pero se afirma que el paso que han anunciado podría haber sido la razón última del asedio al palacio del Legislativo el pasado 5 de julio.