La UE no abrirá los puertos para ayudar a Italia con los migrantes

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ISMAIL ZITOUNY | Reuters

Opta por reforzar las fronteras en África y acelerar los retornos

07 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Italia no está sola», insistieron el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, y la presidencia estonia de la UE. Un eslogan que no acaba de cuajar con la realidad: ningún país europeo está dispuesto a abrir sus puertos para ayudar a los italianos a gestionar la crisis migratoria que se desarrolla a sus puertas, en el Mediterráneo Central.

En lo que va de año más de 100.000 personas alcanzaron Europa por mar. De ellas, 85.000 están en Italia donde sus autoridades se han declarado desbordadas. «Tenemos que mostrar solidaridad en estos momentos difíciles y de presión para el país», clamó el comisario griego. Pero la solidaridad se limitó a extender cheques y a trasladar la gestión de la crisis a los países de origen, tránsito y salida de África. Los 28 ministros del Interior, reunidos en Tallin (Estonia), ni quiera entraron a debatir la propuesta que lanzó el Gobierno de Gentiloni de abrir los puertos europeos a los migrantes rescatados.

«La solución no es traer gente a Europa. Eso solo empeora el problema y no, no abriremos los puertos belgas», aclaró el secretario belga para el Asilo, Theo Francken, siguiendo la estela de Alemania y Francia. Su homólogo holandés, Stephanus Blok, hizo lo mismo y trasladó esa responsabilidad a los países norteafricanos. El ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, trató de justificar su negativa alegando que España también está sufriendo una presión importante. «Estamos haciendo muchos esfuerzos en salvamento marítimo», aseguró antes de confirmar que las llegadas de inmigrantes irregulares se dispararon un 140%. Según la OIM en lo que llevamos de año arribaron 6.400 personas a las costas españolas. «¡Bienvenida solidaridad europea!», clamó con ironía el líder socialdemócrata en la Eurocámara, Gianni Pittella.

De forma paralela se reunieron en Roma representantes de países europeos y africanos para tratar de diseñar una estrategia común que se reduce a entregar dinero a cambio de control de la migración desde los países africanos. «La crisis de inmigrantes no puede ser detenida solo en el Mediterráneo», admitió el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano. «Tenemos que cooperar con Libia. No hay otra alternativa», aseguró Avramopoulos. Y eso es lo que pretende hacer la UE. Su prioridad en los próximo presupuestos será aumentar la «ayuda al desarrollo». Enviará más fondos a países africanos claves en la región a cambio de blindar sus puertas y readmitir a los inmigrantes irregulares. Empezarán por la frontera sur de Libia con Níger, Sudán y Chad. Italia destinará 10 millones de euros para reforzarla. Otros 18 se dedicarán a la OIM para que intensifique las repatriaciones a países de origen.

¿Qué ocurre con las reubicaciones de refugiados desde Italia? Se trata de asilados, gente a la que se le ha reconocido el derecho a la protección internacional, pero no encuentran un país que los quiera recibir. Los esfuerzos en la UE dejan mucho que desear. «No estoy muy contento con cómo algunos países han respondido a las demandas de más reubicaciones. Pusimos un objetivo de 160.000. Hacedlo lo antes posible. Es obligatorio», advirtió Avramopoulos, quien descartó implantar un programa similar para atajar la actual crisis en el Mediterráneo: «Son migrantes económicos. Tenemos que tratarlos humanamente, pero tienen que ser devueltos a los países de donde proceden. Es la única alternativa».