Temor en Washington a la cita entre Trump y Putin

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

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Varias voces en la Administración republicana creen que hubiese sido mejor mantener cierta distancia con el Kremlin

03 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A dos días de que Donald Trump cruce el Atlántico por segunda vez desde que es presidente, la Casa Blanca ultima los detalles del viaje que lo llevará a Polonia primero y a Hamburgo después, en el marco de la esperada cumbre del G-20. La cita, que lleva semanas bajo la lupa política, ha sido el escenario elegido para que Trump y Vladimir Putin mantengan su primera reunión, después de un arduo trabajo diplomático de ambos ejecutivos, que todavía trabajan sobre los temas a tratar.

A la espera de una confirmación oficial, son muchos los expertos que apuestan por que en la agenda no faltarán la guerra siria, la situación en Ucrania o la crisis de Corea del Norte. Pero, como casi todo lo que tiene que ver con Trump, la polémica ya está servida. Son varias las voces en la Administración republicana que creen que hubiese sido mejor mantener cierta distancia con el Kremlin, teniendo en cuenta que su injerencia electoral está siendo investigada por un fiscal especial y por el Congreso. De hecho, varios funcionarios del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional han pedido extremar la cautela y cumplir con todos los protocolos, invitando a la prensa a estar presente durante la reunión. De esta manera, la nueva Administración conseguiría medir todo lo posible el encuentro y así, minimizar las posibilidades de que Trump vuelva a equivocarse, como ya ocurrió en mayo durante su reunión con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el hombre del Kremlin en Washington, Sergey Kislyak.

En aquella ocasión, el presidente fue acusado de desvelar información clasificada proveniente del servicio secreto israelí sobre los planes del Estado Islámico. Los propios republicanos le reprocharon que pusiera en peligro la seguridad nacional. Es más, la información era tan sensible que ni se había comunicado a todas las ramas de Gobierno ni tampoco se había compartido con los aliados.

Que Trump y Putin vayan o no a hablar del Rusiagate sigue siendo motivo de especulación en las mesas de debate. Según Oleg Kalugin, un ex general del KGB que suele definir al líder ruso como «un político astuto», Putin «tiene otras prioridades» al margen de la controversia rusa. Una de ellas sería la negociación sobre las sanciones contra el Kremlin que recientemente EE.UU. amplió. En este sentido poco o nada podría hacer el magnate, después de que el Senado blindase el acuerdo bipartito para limitar la capacidad presidencial de levantar el castigo político, sin que el congreso lo evalúe antes.