«En Portugal temos un sistema de extinción fráxil e pouco eficiente»

P. Carballo / E. Álvarez REDACCIÓN, SANTIAGO / LA VOZ

INTERNACIONAL

Pablo Carballo

En el país vecino, la mayoría de los bomberos son voluntarios con «pouca técnica», señalan los expertos forestales

20 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que Portugal sufre incendios devastadores, aunque no con consecuencias tan dramáticas como las de este fin de semana. Son muchos los factores que han llevado a esta tragedia, pero los expertos apuntan a una escasa ordenación del monte y al sistema de extinción de incendios del país luso.

Paulo Fernandes es uno de los principales especialistas en este ámbito. Investigador del departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Duero, asegura que la falta de prevención es un problema común a muchos países, como España, Italia o Francia. No así la extinción: «Temos un sistema baseado en bombeiros voluntarios con pouca técnica para combater. É un sistema de extinción algo fráxil e pouco eficiente». Es decir, no solo hay pocos profesionales, «senón que combaten con técnicas urbanas, hai pouco coñecemento en combater incendios forestais».

Otro gran problema en Portugal, apunta el especialista, es la línea divisoria tan firme entre prevención y extinción. Desde hace casi tres décadas, los servicios forestales no hacen extinción, solo prevención, y además los bomberos dependen de Administraciones locales muy diferentes. La inmensa mayoría del terreno forestal está en manos privadas, apunta Fernandes, por lo que es difícil mantener ordenado el monte. El investigador insta a corto plazo a imitar el modelo español o francés y mejorar el sistema de extinción, ya que el problema de raíz, «a foresta e as ignicións -es decir, el uso constante del fuego para quemar restos agrícolas o para el pastoreo-, son estruturais e necesitan de tempo para mellorar».

La ordenación reduce el riesgo

Antonio Rigueiro, catedrático del departamento de Producción Vegetal de la USC, asegura que para que un fuego alcance tales dimensiones deben combinarse factores meteorológicos, de características orográficas y existir combustible, pero incide en que una buena ordenación del monte, evitando por ejemplo que las plantaciones se acerquen a menos de 50 o 100 metros de las vías de comunicación o que haya masas muy extensas de especies pirófitas, como pinos o eucaliptos, sí reducen las posibilidades de que se produzcan fuegos de grandes dimensiones.