La UE abre la puerta al Reino Unido si entierra el «brexit»

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

STEFAN WERMUTH | Reuters

Caos en el equipo negociador británico

15 jun 2017 . Actualizado a las 01:00 h.

Espectáculo «poco serio» el que está dando el Reino Unido, lamentaba hace una semana una alta fuente diplomática de Bruselas. La UE asiste anonadada a una cascada de despropósitos de cuño británico desde que las urnas abrazaron la opción del brexit en junio del 2016. Ha pasado casi un año y los 27 socios europeos siguen esperando señales o movimientos desde el otro lado del Canal de la Mancha, donde solo se percibe caos e improvisación. Tanto es así que algunos líderes sugirieron esta semana a la premier británica, Theresa May, que se lo piense dos veces antes de dar el salto al vacío.

«Obviamente la puerta de la UE sigue abierta», le recordó el presidente francés, Emmanuel Macron. Una opción que también extienden sobre la mesa los alemanes. «Respetamos la decisión, pero si quisieran cambiar de opinión, encontrarían las puertas abiertas», sostuvo el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble. Y hasta los daneses: «Si mañana cambian de opinión y dicen que quieren ser parte de todo, estamos abiertos», aseguró el ministro de Exteriores, Anders Samuelsen. 

La oferta llega pocos días después de la inmolación electoral de May, quien ha llevado a su partido a arrastrarse por el fango del Parlamento británico al perder la holgada mayoría en los comicios anticipados del pasado ocho de junio. La premier no deja de sorprender en Bruselas por su escasa habilidad política. No ha sabido dirigir al país con firmeza hacia la puerta de salida de la UE, lleva meses caminando en círculos repitiendo de forma circular que «brexit is brexit», sin aclarar al negociador europeo, Michel Barnier, en qué se traduce la irreversibilidad del divorcio. A los 27 bien les interesaría que May se decidiera a dar un paso atrás o quitarse de en medio para que alguien con más visión y firmeza se encargue de tomar las riendas más pronto que tarde de la salida. A nadie le conviene alargar las agónicas negociaciones más allá del 29 de marzo del 2019 y Bruselas quiere evitar a toda costa que interfiera en las elecciones europeas que se celebrarán ese mismo año. 

Tan impredecible está siendo la estrategia británica que hay quien sugiere medio en broma, medio en serio que quizá lleguemos al mes de octubre y nos encontremos con que «el Reino Unido solicita el reingreso». El responsable negociador de la Eurocámara para el brexit, Guy Verhofstadt, dejó caer ayer que si eso ocurre, el país deberá someterse a nuevas condiciones de membresía: «Como en Alicia en el País de las Maravillas, no todas las puertas son iguales. Abrirían la puerta hacia una nueva Europa, sin cheque británico», deslizó el belga. 

Mientras busca en los ultras unionistas un socio sobre el que apoyarse en el Gobierno, May trata de apagar varios incendios. El más importante, en su propia casa. Según informarción obtenida ayer por Financial Times, el equipo negociador para el brexit se ha desintegrado en la última semana, poniendo de relieve la incapacidad del Ejecutivo británico de empezar a negociar el próximo lunes, como estaba previsto. Dos de los cuatro altos oficiales del equipo han abandonado sus puestos, bien por destitución o por decisión voluntaria. Las grietas en las filas conservadoras son gigantescas y May es incapaz de reunir a una camarilla fiel. Su antecesor, David Cameron, reapareció ayer para reclamarle que abra la negociación a los partidos de la oposición.